Fuerza espiritual para cada día
“Aprovechando bien el tiempo.” Efesios 5:16
Siempre debemos recordar que el tiempo es una preciosa dádiva de Dios. El nos dio el tiempo para que lo usemos, y para que lo usemos bien. En otras palabras: El nos dio el tiempo para que transformemos los minutos, las horas y los días en valores eternos. Si no hacemos eso y perdemos nuestro precioso tiempo, estaremos despreciando una gran dádiva de Dios. Debemos ser conscientes de que el tiempo perdido jamás regresa. Cada minuto que pasa se ha ido para siempre; ya no regresará ni en toda la eternidad. Por medio del tiempo que nos fue dado tenemos la posibilidad de trabajar para Dios. Pues todos los hijos de Dios son sus colaboradores, cada uno en el lugar en que Dios le colocó. Ninguna persona sobre la Tierra transformó tanto el tiempo en valores eternos como nuestro Señor Jesús. Juan dice, al final de su evangelio: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.” El tiempo es corto y la causa del Rey tiene prisa. Por eso, sé fiel en la administración y en el uso de la cantidad limitada de tiempo que te fue confiada. Entonces, un día, El podrá decirte: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”