Fuerza espiritual para cada día
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26
En la misma forma en que una persona sólo vive si respira, también sólo tiene vida espiritual si ora. La oración es una expresión de vida divina. Es la comunicación imprescindible con el Dios vivo. ¿Tú oras? No me refiero a la oración formal a la hora de las comidas o al dormir. Tampoco me refiero a la oración que se dice a la hora de estar en peligro, pese a ser hecha de todo corazón. Más bien pienso en la oración que se hace en presencia de otros creyentes. Podemos reconocer si una iglesia es viva y tiene muchos miembros renacidos, no por el número de participantes en el culto dominical como lo más importante, sino por el número de personas que participan en la reunión de oración. Querido lector, ¿Tienes tú un espíritu de oración o eres cristiano tan sólo de nombre? Si has renacido, no eres tú quien ora, sino el Espíritu de Dios a través de ti. Muchos creyentes fracasan en relación a la santa tarea de orar junto con la congregación. Las reuniones de oración practicadas en unanimidad y común acuerdo, tienen promesas especiales, y Satanás trata de impedir que tú participes de ellas. Por eso, arrepiéntete por tu falta y corre a la reunión de oración de tu iglesia.