La publicidad como propaganda política para los jóvenes citadinos

En theoblog.de, Ron Kubsch hace referencia a una conversación WELT con el sociólogo de marcas Oliver Errichiello, que adopta una línea dura contra la industria publicitaria. “Un pequeño grupo de trabajadores de agencias cosmopolitas”, resume Kubsch, “está tratando de declarar que sus planes de vida son universalmente válidos. En lugar de promocionar un producto, se comercializa propaganda política”. En la entrevista, Errichiello dice, entre otras cosas: “Creo que los anunciantes hacen publicidad para los de su propia especie. Comunican su propio estilo de vida y esperan ser reconocidos en su propio entorno”. Se trata de "personas de entre 25 y 35 años, muchas veces sin hijos ni obligaciones", de las grandes ciudades, "que se supone que son abiertas y acordes con los tiempos". Y tienen “problemas en la vida completamente diferentes a los de la mayoría de la sociedad”. El problema es “que esta minoría crea imágenes ideales para todos. La mayoría de la sociedad debe tener la sensación de que está formada por monstruos y lumpenproletariado que se adhieren a ideas obsoletas”.