La popularidad de Hamás
El mundo aboga por una solución para los palestinos. Al hacerlo, se suele defender la solución de los dos Estados, ignorando por completo el hecho de que muchos aspectos de este plan, que se inició hace muchos años, han sido torpedeados una y otra vez por los palestinos. Se ignora también el hecho de que la Autoridad Palestina (AP), que el mundo ve como la entidad que debería estar a la cabeza de un Estado palestino, glorifica ella misma el terror en general, promueve el terror a través de la financiación y no está tan alejada de los objetivos de Hamás como al mundo le gustaría creer. Recientemente, dos ministros de la AP que acababan de jurar sus cargos se pronunciaron públicamente a favor de utilizar la violencia contra los judíos; no contra los israelíes como representantes del Estado sionista, sino contra los judíos per se. Con esto, siguen la tradición del presidente de la AP, Mahmud Abbas, propagada desde su ascenso en 2005. Este presentó su tesis doctoral en 1982 en un Moscú soviético. El documento se consideró perdido durante mucho tiempo, pero fue descubierto recientemente por el diario israelí Israel Hayom y ahora es accesible al público, que puede comprobar por sí mismo la infinidad de motivos antisemitas que este hombre internacionalmente cortejado sigue esgrimiendo en la actualidad. Las encuestas realizadas por institutos palestinos y árabes entre los palestinos llevan meses mostrando un aumento de la popularidad de Hamás. Muchos afirman que mucha gente en la Franja de Gaza está sufriendo bajo Hamás. Sin embargo, es precisamente en la Franja de Gaza, donde Hamás ya celebraba victorias de popularidad antes de su violenta toma del poder en el verano de 2007 y donde el acto terrorista del 7 de octubre, que ha desencadenado la situación de guerra actual, parece no quitarle popularidad a Hamás. La situación es similar en Cisjordania. La facción de Al Fatah, a la que pertenece Mahmud Abbas, perdería con toda seguridad si hubiera elecciones. La población bajo la AP está convencida de que Hamás nunca llevó a cabo masacres crueles y, además, de que está mostrando el camino correcto al pueblo palestino. Conceder a esta entidad un Estado autónomo al lado de Israel sería mucho más que una afrenta a Israel. Sería una recompensa para el 7 de octubre, poniendo de manifiesto que el terror vale la pena —equivaldría a un ataque a la existencia de Israel y una prueba más de la cuestionable moralidad con la que gran parte del mundo occidental se pone acríticamente del lado palestino mientras arrecia las críticas contra el único Estado judío del mundo.