![](/assets/images/Actualidades/AC24_12_4.jpg)
Cómo la educación moderna daña a los niños
La psicoterapeuta austríaca Helene Drexler escribió un libro que parece ir contra la tendencia educativa actual. En su libro Der grosse Erziehungsirrtum – Wie wir unsere Kinder zu Narzissten machen (El gran error educativo – Cómo hacemos narcisistas a nuestros hijos), demuestra cómo un niño fácilmente se convierte en una persona narcisista cuando constantemente es aclamado, puesto en un pedestal y excesivamente elogiado. En un artículo que apareció en el diario Neue Zürcher Zeitung, la periodista Monika Wesseling entra en el tema, y lo hace con una mirada autocrítica. Explica que a la psicoterapeuta Drexler le llamaba la atención que muchos padres, aunque tenían las mejores intenciones y daban todo para sus hijos, venían a su consultorio a causa de inexplicables problemas que venían teniendo con estos mismos hijos. Wesseling escribe: “Llama la atención que tantos adolescentes y jóvenes, a pesar de haber recibido una educación de una calidad destacada, que les fue dada con las mejores intenciones, son incapaces de arreglárselas en la vida”. El problema que Drexler identificó a lo largo de sus investigaciones es una educación que pone al niño en el centro del mundo. Estos niños crecen y son cada vez más conscientes de su posición sublime. Sus voces se hacen cada vez más fuertes reclamando al mundo su reconocimiento. Wesseling concluye: “La histeria por una educación óptima y el afán por organizar y planificar la vida de los hijos, no son nada bueno. Tanta estimulación desde afuera, como reciben los niños hoy en día, atrofia la motivación intrínseca (la que viene de adentro). Por un lado, queremos guardar a nuestros hijos de todos los problemas; por otro, los queremos poner a temprana edad en un corsé de adultos. No es sano decir simplemente sí a todo lo que se les ocurra a los niños”.