Una Jerusalén única

Antje Naujoks

Jerusalén es una ciudad única: Ninguna otra ciudad del mundo ha visto tantos cambios de gobernantes, ocupantes extranjeros que también trajeron sus religiones a la ciudad, tantas guerras y destrucciones. Y sin embargo, Jerusalén siempre fue reconstruida. Esta ciudad es sagrada para las tres religiones monoteístas del mundo. Todo esto también tiene su precio. A finales del siglo XIX, Theodor Herzl describió la ciudad como provinciana y empobrecida. Aunque describirla como “provinciana” ya no sea ciertamente verdad hoy en día, esta ciudad sigue siendo, por desgracia, el centro urbano más pobre del Estado de Israel. Es la única ciudad del país que se encamina hacia el millón de habitantes, ya que a finales de 2022 se contabilizaban 980,000 jerosolimitanos. La mayoría, 600,000 personas, son judíos.

Además, viven aquí unos 360,000 musulmanes y 13,000 cristianos árabes, así como unos cuantos miles de personas que no son cristianos árabes o no dan ninguna información sobre su religión. Sorprendentemente, cerca del 35% de los habitantes son menores de edad; un porcentaje muy superior a la ya elevada media nacional israelí. Sin embargo, esta ciudad, que duplica en tamaño a Tel Aviv, también tiene un 39% de familias que viven por debajo del umbral de la pobreza; es decir, el doble de familias que la media que registra Israel. Los niños se ven especialmente afectados, ya que cerca de la mitad de los 343,000 menores viven en la pobreza. Una de las principales tareas de la ciudad y el Estado no es solo amortiguar esta situación, sino cambiarla poco a poco.

ContáctenosQuienes somosPrivacidad y seguridad