Tel Aviv no solo es secular

Antje Naujoks

Algunos describen Tel Aviv como un Estado dentro del Estado, porque en ella vive una población económicamente acomodada, la mayoría de la cual lleva un estilo de vida claramente mundana. En los últimos años, por ejemplo, ha disminuido el número de restaurantes kosher en el área metropolitana de Tel Aviv —pero esto no significa que los habitantes de Tel Aviv no mantengan un vínculo con su religión. Allí también se pueden encontrar sinagogas, porque aunque la gente no siga estrictamente todos los mandamientos, sigue practicando ciertas costumbres. Ahora, el Ayuntamiento de Tel Aviv ha decidido liberar a la Gran Sinagoga de la ciudad, diseñada en 1922 y terminada en 1926, de los pecados de construcción de finales de los sesenta, para devolverla a su estado original, pero también para urbanizar la zona en torno al número 110 de la calle Allenby. Así, un estacionamiento abandonado junto a la sinagoga debe dar paso a una zona de parque que integre la sinagoga en las actividades del barrio. Esta sinagoga recuperará su esplendor original en el centenario de su consagración, para lo cual la administración municipal nombró un comité de planificación y ya ha conseguido importantes donaciones por valor de 5.5 millones de euros.

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