
Salvar no solo el Mar de Galilea, sino también la paz
Se comenzaron los trabajos en el acueducto, que está pensado para suministrar agua de mar desalinizada al Mar de Galilea para así evitar que el mismo se seque. Una parte del agua que es suministrado a este mar pasará al Reino Jordano que sufre de una falta tan severa de agua, que la misma amenaza la estabilidad regional.
El Estado de Israel decidió, en vista de que disminuyen los días de lluvia por período de precipitación invernal, suministrar al Mar de Galilea una reserva de manera artificial, para así, por un lado, salvar el mar de agua dulce más grande del país, y por el otro, prevenir días malos.
Israel, en los últimos años, avanzó a ser una instancia líder a nivel mundial en la depuración de agua. Ubicado en una zona climática que de todos modos es cálida y pobre en precipitaciones, los expertos temen efectos adicionales debidos al calentamiento global. Israel alcanzó una posición de liderazgo en asuntos de manejo de agua y, con eso, al mismo tiempo una revolución en su propio equilibrio hídrico. De un país que cubría el 80 por ciento de su necesidad de agua dulce de fuentes naturales –Mar de Galilea y reservas subterráneas– se convirtió en un país que cubre el 70 por ciento de su requerimiento de agua potable por medio de la depuración de agua en forma de desalinización de aguas marítimas en el sur del país.
El gran éxito obtenido con estas instalaciones de desalinización hizo posible que la compañía nacional de agua Mekorot pusiera fin a la extracción de agua del Mar de Galilea. Aun así, en el transcurso de la última década, este registró récords de niveles bajos. Después de una larga fase de planificación, de la cual NaI informó repetidamente, comenzaron ahora los trabajos de construcción de un nuevo acueducto que cuesta varios miles de millones de shekel, y que garantizará que el Mar de Galilea otra vez reciba agua aún sin precipitaciones.
La planificación prevé que el Mar de Galilea anualmente recibirá alrededor de 120 millones de metros cúbicos de agua, de modo que el nivel de agua cada año subirá aproximadamente medio metro. De este modo, se quiere asegurar que este hermoso mar de aguas continentales no se seque, mar que en la historia muchas veces ha sido de gran importancia y alrededor del cual se encuentran lugares importantes especialmente para los cristianos. Pero lo más importantes es que las cantidades gigantescas de agua que se le suministrará al Mar de Galilea convertirán al mismo no solamente en la reserva de agua dulce más grande del Estado de Israel, sino al mismo tiempo también en una reserva de emergencia.
Este proyecto, no obstante, también tiene otro objetivo más que es de especial importancia política: una parte del agua de mar desalinizada que le es llevada al Mar de Galilea, será cedida al reino hachemita Jordania. Contrario a Israel, este vecino de Israel sufre de una escasez de agua extremadamente crítica. En muchas partes del país vecino, el agua dulce es suministrado por cañerías de agua que entretanto en general solo llevan agua una a dos veces por semana. Al mismo tiempo, Jordania tiene que abastecer de agua potable a muchas más personas que antes, ya que el país recibió a incontables refugiados que huían de los combates de la guerra civil siria. Esto desmejoró aún más la situación del agua en Jordania. Para la gente esto trae problemas multifacéticos de higiene y salud, pero esta situación también tiene otras consecuencias: amenaza la estabilidad regional. Actualmente, Israel suministra unos 55 millones de metros cúbicos de agua anuales a Jordania, lo que fue fijado en el transcurso del acuerdo de paz que los dos países firmaron en 1994. El proyecto del aprovisionamiento de agua para salvar el Mar de Galilea le da la posibilidad a Israel de aumentar de forma masiva la cantidad de agua que le hace llegar a Jordania. De este modo no solamente se calma la situación humanitaria difícil que reina en este vecino de Israel, sino que Israel también contribuye activamente a mantener estable la situación de seguridad en su frontera este.
El proyecto comenzado por Israel es el primero y único de este tipo en todo el mundo. En ninguna parte del mundo existe un gran mar natural de aguas continentales al que se le esté suministrando agua de mar desalinizada.