¿Pueden las plantas ser conductoras de electricidad?

Antje Naujoks

Lo que está claro es que las plantas son algo así como células solares. Después de todo, aprovechan los rayos solares para procesos complejos. Aun así, suena disparatado pensar que las plantas nos suministren electricidad.

Con el término «electricidad» conectamos fenómenos naturales físicos como, por ejemplo, los relámpagos. Pero también el magnetismo tiene que ver con carga eléctrica. El fenómeno como tal, por ejemplo, en anguilas eléctricas, ya era conocido a los egipcios antiguos aproximadamente a partir del 2750 a.C. Una investigación planificada por el ser humano fue iniciada en el siglo XVII. El camino a la electricidad disponible, tal como la conocemos hoy, comenzó en 1830 con la comprensión de las regularidades. Pero, ¿puede imaginarse que la gente ya algunos siglos antes de Cristo no solamente conocía la electricidad, sino probablemente también la usaba? ¿Suena eso tan absurdo como la declaración mencionada al principio de este artículo, de que las plantas serían nuestros futuros suministradores de electricidad? Científicos israelíes opinan que esto podría ser música de futuro, tal como en su tiempo la llamada batería de Bagdad, que evidentemente ya cayó en el olvido varios siglos antes del nacimiento de Cristo.

La batería de Bagdad fue descubierta por el arqueólogo aficionado austríaco, Wilhelm König, en 1936, en las cercanías de la actual capital del Iraq. Se trata de una vasija de arcilla abierta en un extremo, que contiene un cilindro de cobre largo en el que hay una varita de hierro fuertemente oxidada. Este está fijado por medio de un tipo de tapón asfáltico, cuyo extremo superior sobresale un centímetro del tapón. En esto, se descubrió una capa amarillo grisácea de oxidación. Los análisis mostraron que, al introducir jugo de uva como electrolito, se produce una tensión. Los científicos pudieron medir 0,5 voltios. Exámenes con radiocarbono mostraron claramente que este «aparato» data en un tiempo en que la electricidad según nuestro nivel de conocimientos en realidad era desconocida. El hecho es que este descubrimiento fue hecho en las capas de un asentamiento parto de los años 250 a 225 a. C. Este objeto extraordinario fue saqueado en 2003 durante la invasión estadounidense del Iraq, y desde entonces, está desaparecido.

Si bien la utilización de la batería de Bagdad como suministrador de corriente eléctrica, ya sea con fines cúlticos o, por ejemplo, para galvanizar, es muy debatida, no hay duda de que este dispositivo produce corriente. Aunque eso no obligadamente tiene que decir que en aquel tiempo realmente eran conscientes de eso y que usaba la electricidad. Igualmente sorprendente es que los científicos israelíes de la Universidad de Tel Aviv proponen: «En diez años, o quizás recién en quince, supuestamente podremos producir electricidad de las plantas e incluso ofrecerla comercialmente».

Esa es una declaración del director de los Laboratorios para Energías renovables de esta universidad famosa de Israel. El profesor Iftach Yacoby explicó frente a los medios de comunicación, que: «Todas las plantas verdes contienen verdaderos “paneles solares”. Ellos no solo pueden captar rayos de luz, sino que, además, los pueden transformar en un fluir de electrones. Después de todo, la fotosíntesis no significa otra cosa, sino utilizar la luz solar para la producción de voltaje eléctrico. Pero para poder usar la electricidad necesitamos enchufe y zócalo. Y es que en las plantas no sabemos dónde hay un zócalo para nuestro enchufe. Eso es lo que ahora buscamos a nivel de las células».

En los estudios de laboratorio realizados por el prof. Yacoby, se extrajo de las plantas las células de clorofila, a las que se les añadió hidrogenasa, es decir, enzimas que producen agua oxigenada, y se colocó estás células en microalgas verdes, las que, a causa de eso, comenzaron a producir células fotovoltaicas complejas, sobre lo que el científico israelí dijo con sencillez y conmoción: «Con eso hemos hallado lo que se podría denominar enchufe y zócalo». Este científico cree, que esto podrá ser aprovechado comercialmente como «fuente de energía verde», aun cuando esto de verdad es música de futuro.

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