
Pruebas arqueológicas de la conquista babilónica de Jerusalén
Una capa de polvo que se encontró durante excavaciones en el Monte Sión de Jerusalén, da información sobre una conflagración que hizo estragos en la ciudad hace alrededor de 2 600 años atrás. Eso se puede relacionar en cuanto al tiempo, con la tradicional conquista de la ciudad por los babilonios y la destrucción del Primer Templo.
En la Tierra Santa, y especialmente en Jerusalén, sucede a menudo que el entusiasmo de los arqueólogos no tenga límites en vista de lo que descubren en las capas terrestres. Ellos pueden documentar acontecimientos históricos con objetos hallados, como vasijas de arcilla –no importando si están destrozados o en toda su belleza–, joyas, monedas, puntas de lanza y otros objetos militares, que cuentan una historia de acontecimientos que con frecuencia se encuentran a muchos siglos en el pasado. El entusiasmo de los arqueólogos es especialmente grande, cuando descubren pruebas de personas o sucesos de los que nos informa la Biblia.
Así pudieron alegrarse los excavadores de la universidad estadounidense de Carolina del Norte, que ya hace algunos años regularmente realizan excavaciones en una colina en el borde sudoeste de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Lo que esta vez pudieron presentar al mundo como hallazgo, demuestra que existió una ocupación y conquista babilónicas de Jerusalén, a través de la cual en el año 586 a.C. fuera destruido el templo, tal como dice en la Biblia.
Las pruebas para este evento histórico extraordinario fueron descubiertas en una capa de polvo que tiene 2 600 años de edad. Según la información dada por el director norteamericano de la excavación Profesor Simón Gibson, esta capa es “justamente lo que uno espera encontrar cuando se excava una casa, que fue destruida por este acontecimiento o sus consecuencias.” En la capa de polvo, los arqueólogos no solo descubrieron los restos de vasijas de arcilla como eran usadas en aquel entonces en los hogares, sino también puntas de lanzas que claramente pueden ser asignadas al ejército babilónico. Ellos además descubrieron un arete de oro que impresiona por su belleza. Gibson lo explica así: “Es muy poco común que en un lugar que fue escenario de un conflicto militar se encuentre una joya, ya que en general después de los combates había saqueos”.
Todos los artefactos descubiertos pueden ser datados claramente en el período correspondiente, pero justamente las puntas de lanzas y flechas dan un testimonio adicional: aquí se realizó un conflicto violento. Como estos objetos pueden ser asignados al ejército babilónico, esto les da un significado especial. Además se encuentra pruebas de un incendio, lo que se corresponde con la historia de la conquista de Jerusalén y las acciones del soberano Nabucodonosor II, que la Biblia nos trasmite en 2 Reyes 25:8-9: “En el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego.”
“Yo tiendo a la interpretación”, dijo Gibson, “que la residencia que excavamos aquí es una de las “casas de los príncipes” mencionadas”. Y continuó: “Según el tamaño y el esplendor antiguos, esta parece caer fácilmente en esa categoría, pero además, desde este punto en su tiempo, sin lugar a dudas se tenía una vista maravillosa del Templo Salomónico. De modo que no debería haber dudas, que hoy estamos realizando excavaciones en un vecindario que en aquel tiempo con toda seguridad era una zona residencial de la clase alta.”
Ya en el 2008, se comenzaron estas excavaciones en el Monte Sión en Jerusalén, y Simón Gibson y sus colegas las continuarán. “Estamos llenos de expectativa y llenos de esperanza que en las semanas siguientes haremos muchos descubrimientos más que daten en ese tiempo antiguo de la ciudad de Jerusalén”, dijo.