Líbano, gas natural y fronteras

Antje Naujoks

A mediados de octubre de 2020, con la mediación de Estados Unidos y el respaldo de la onu, representantes israelíes y libaneses se reunieron por primera vez en el cuartel general de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FPNUL) en Naquora (sur de Líbano), con el fin de negociar las fronteras marítimas. Parte importante de la agenda de negociación está relacionada con las rivalidades por los atractivos yacimientos de gas natural. Este aspecto se ha vuelto aún más urgente debido a la crisis económica y energética del Líbano, la cual se ha intensificado en el último año. Hasta el otoño de 2021 escuchamos hablar del primer ministro Najib Mikati —cuando fue destituido del cargo—, el cual veía con malos ojos todo lo relacionado a Israel. Sin embargo, ahora es el presidente libanés Michel Aoun quien se muestra inflexible con los intereses de su país, un comportamiento que no favorece en nada las negociaciones. 

Luego de la última visita del enviado especial y coordinador para asuntos energéticos internacionales, encomendado por Estados Unidos, Amos Hochstein, hay un gran optimismo de cara a la próxima ronda, donde se esperan buenos frutos. Aunque es una buena noticia, esto no provocará una relación pacífica entre ambos países, ni resolverá la crisis energética libanesa, dado que la oposición radical y corrupta del Líbano seguirá con su campaña de hostilidad hacia Israel.

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