
“¡La historia no se escribe, se hace!”
Esta fue una de las frases clave citadas por el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Yair Lapid, en la conferencia de prensa celebrada en Sde Boker al final de la inusual cumbre de cancilleres. Con esta cita, pronunciada ante el público mundial en pleno desierto del Néguev, hizo varias conexiones: una, con el fundador del Estado de Israel, David Ben-Gurión, de quien proviene esta frase; otra, con el lugar de la conferencia, no lejos de la tumba de Ben-Gurión y su esposa Paula, y además se refirió al propio hecho. Una cumbre semejante de los cancilleres de Israel y Estados Unidos junto a los cancilleres de los Emiratos Árabes Unidos, los reinos de Bahrein y de Marruecos y Egipto habría sido impensable hace no mucho tiempo atrás. Mientras tanto, esta nueva alianza regional toma cada vez más forma para interponerse en el camino del terrorismo islamista y de Irán, que lucha por la hegemonía regional. Pero en la conferencia de prensa surgió algo más: el ferviente deseo de los ministros de Asuntos Exteriores de que esto sea algo más que una simple alianza a nivel gubernamental. Más bien, quieren darle vida a través de las alianzas entre los habitantes de estos Estados. Por ello, no debe sorprender que el canciller marroquí, Nasser Bourita, mencionara los numerosos lazos existentes entre ambos países debido a los cientos de miles de ciudadanos judíos de Israel con raíces marroquíes. El canciller de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdullah bin Zayid al Nahyan, mencionó, por un lado, los 43 años de paz egipcio-israelí, lamentando que no se había aprovechado e incluso desperdiciado este tiempo, y por otro lado destacó la curiosidad de la gente por los países desconocidos, ya que cientos de miles de israelíes ya viajaron a los Estados del Golfo, ahora abiertos, y millones de personas estaban visitando el pabellón israelí en la Expo Dubai. Los seis cancilleres subrayaron que esta cumbre y la alianza que surgía de ella se opondrían a cualquiera que intentara torpedearla con terror.