Israel y las insinuaciones de Erdogan

Antje Naujoks

Hace años que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan no cesa en el intento de agitar a la gente de todo el mundo, de incitar o instigar personalmente conflictos y tomar medidas draconianas contra todos y todo lo que no es de su agrado. Israel ocupa el primer lugar en su “lista negra”. No solo arremete una y otra vez contra el Estado judío, sino que además mantiene diferentes tipos de vista antisemitas. Pese a esto, hace varias semanas que se muestra amable cuando hace referencia a Israel: la corteja y, entre otras cosas, pone delante de ella un cebo económico. Esto es evidente dada su declaración de que Israel podría llevar gas natural a Europa con la ayuda de Turquía. Al mismo tiempo, asecha al presidente Isaac Herzog. Este giro de ciento ochenta grados tiene que ver con los cambios que se han dado en la constelación geopolítica luego de los Acuerdos de Abraham, además de la enorme crisis económica turca. A Israel no solo le resulta difícil confiar en Erdogan, sino que también se muestra reticente a responder a tales propuestas a causa de lo importante que considera su alianza con Grecia y Chipre. 

No podemos olvidarnos de Hamás. Mientras el Gobierno turco no se oponga a Hamás y deje de servir como centro de operaciones del terrorismo palestino, Israel mantendrá distancias. Erdogan, por su parte, cree que el nuevo Gobierno de Israel será flexible en este punto, por lo que los diplomáticos turcos están ocupados organizando una visita al presidente israelí. No obstante, el hecho de que en estos días dieciséis hombres hayan sido acusados en Turquía de ser espías para Israel, ayuda muy poco en el intento turco de sembrar la confianza.

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