
Israelíes en Qatar
El mundo entero conoció mejor a Qatar, en el Golfo Pérsico, a raíz del Mundial de Fútbol de finales de 2022. En Israel la gente sabe bastante sobre este pequeño país. Hay una buena razón para ello: el fomento del terrorismo que emana de Qatar concierne directamente a Israel. Gracias a la Copa Mundial, el mundo conoció algunas de las políticas de ese pequeño Estado. Se sabe, por ejemplo, que este país rico se compró el derecho de ser anfitrión del evento mundial. Se construyeron seis nuevos estadios, exclusivamente por trabajadores extranjeros “invitados”. Se dice que no menos de 7.000 trabajadores habrían perdido la vida a causa de las condiciones de trabajo y la presión del tiempo. La situación de los derechos humanos en este país también es mala en otros aspectos. Israel y Qatar no mantienen relaciones formales entre sí, aunque las maletas de dinero de Qatar también llegan a Israel, pero de allí pasan a Hamás en la Franja de Gaza. Esto es una molestia para muchos israelíes. No obstante, unos 30,000 de ellos viajaron a Qatar para asistir a la Copa Mundial. Ya cinco meses antes del comienzo, se negoció que se permitiría a los israelíes embarcar en vuelos que hicieran escala en Larnaca (Chipre) para volar desde allí a Doha. Estaba estipulado que un israelí tenía que comprar al menos un billete y adquirir un documento de identidad de aficionado; después se expedía un visado que permitía reservar vuelos y alojamiento. Más tarde, también se organizaron vuelos directos para reducir los precios y atraer aún más visitantes de Israel, incluidos ciudadanos árabes y palestinos, siempre que obtuvieran permisos de viaje israelíes. Durante este periodo, también se permitió a Israel disponer de un equipo sobre el terreno en Doha para prestar servicios consulares. Sin duda, más de un israelí aficionado al fútbol se benefició de esta ayuda.