Hipocresía en la ayuda humanitaria
La ayuda humanitaria para la población de la Franja de Gaza preocupa a mucha gente. Israel está comprometido con los convenios internacionales. Es cierto que podría y debería aportar más; sin embargo, no se debe pasar por alto el hecho de que alrededor del 60 por ciento de la ayuda acaba en manos de Hamás, garantizando así la supervivencia de los terroristas, pero lamentablemente no de la población civil. Muchos habitantes de Gaza están tratando de obtener más ayuda. Una y otra vez pagan por esto con sus vidas, como un incidente en particular demostró al mundo entero. Por supuesto, Hamás afirmó que Israel era responsable de las muertes. Sin embargo, imágenes de drones muestran que algunos camioneros, al sentirse amenazados, dirigieron sus vehículos contra la multitud. Aún no está claro si también se realizaron disparos. Aparte de Israel, solo unos pocos Estados participan en la entrega de la ayuda. Estados Unidos se puso activo recién después de cinco meses, al parecer como parte de la campaña electoral del presidente estadounidense Biden. Cabe decir que estas y otras entregas de ayuda se realizan por vía aérea, lo cual es demasiado poco, costoso e ineficaz. Sin embargo, el mundo culpa enteramente a Israel de la caída de los suministros humanitarios. Nadie ha aprendido lecciones de la guerra civil siria. En aquella época, la comunidad internacional de naciones entregaba continuamente suministros, pero también en ese caso, solo una fracción llegaba a los necesitados. Más bien, las entregas de ayuda contribuyeron a que el régimen inhumano del dictador Bashar Assad pudiera mantenerse en el poder. Durante varias semanas, Israel ha estado evaluando opciones para encontrar otro modo de entrega de alimentos a la población de la Franja, pero no hay asistencia de la comunidad internacional con respecto a este tema. Falta la disposición para buscar nuevos caminos y sacar conclusiones de los errores cometidos en el pasado para mejorar la eficacia de la ayuda. Esto significa que los países donantes están volviendo a realizar sus pagos a la agencia de refugiados UNRWA, aunque saben que también están financiando el terrorismo.