
El memorable 75° aniversario de Israel
Es un año sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta cuántas adversidades ha tenido que superar el país. La construcción de infraestructuras básicas, la inmigración masiva que hizo que faltara de todo aún más, incluida la vivienda, el empleo y el suministro de alimentos. Además, todo el mundo lo tiene claro: Israel desafía al terror árabe palestino. Adicionalmente, el país ha tenido que librar una guerra en cada década de su existencia. En ocasiones ha estado ominosamente al borde del abismo, ya fuera militar o económicamente. Y, sin embargo, Israel es una historia de éxito sin parangón que puede enorgullecerse, por ejemplo, de muchas innovaciones que han traído el bien a toda la humanidad. Por ello, muchos consideran aún más lamentable que la política ensombrezca este día de orgullo nacional —esto se debe esencialmente al hecho de que alrededor del 60 por ciento de los israelíes afirman claramente que no se sienten representados por este Gobierno. Casi el 40 por ciento culpa a los políticos gobernantes de utilizar indebidamente con fines políticos las ceremonias estatales de este día, que deberían ser neutrales y unificadoras para todos. También en este caso, la división entre la población sobre la cuestión de qué dirección debe tomar el país en el futuro se hizo sentir y ensombreció este memorable aniversario. Los ciudadanos israelíes siguen protestando, sacan a la calle sus muy diversos puntos de vista y los proclaman alto y claro, independientemente de su religión o de sus convicciones políticas. Es un bello elogio del amor a la patria y pone de relieve que el Estado de Israel se ha convertido en una democracia vibrante, despierta y vivida íntimamente.