
Centro Comercial de Paz
El primer centro comercial israelí-palestino en la región de Jerusalén abrió sus puertas. La Autoridad Palestina (AP) llamó al boicot, pero incluso así, los habitantes del norte de la ciudad acuden en masa a los comercios.
Entre la ciudad palestina autónoma Ramala y la metrópoli Jerusalén, se encuentra una zona industrial llamada Atarot, región en la cual, el empresario israelí Rami Levy, hizo realidad uno de sus sueños: un centro de compras de tres pisos, que puede ser frecuentado tanto por clientes israelíes como también palestinos. Él invirtió casi 50 millones de euros en este emprendimiento, basándose en una idea muy sencilla: cuando las personas van juntos a hacer compras, también viene la paz. No obstante, el Oriente Medio es el Oriente Medio, y hubo no pocos que denominaron este centro de compras de “proyecto de esfuerzos de colonización sionistas” ya antes de que el mismo fuera inaugurado. En el mismo frente de los adversarios, se posicionó el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, quien llamó a su pueblo a boicotear el lugar para así enterrar la idea de coexistencia pacífica de Levy.
Naturalmente a Levy, el empresario exitoso en el sector de servicios de supermercado, le importa también su ganancia. De hecho, el potencial de beneficios es enorme: en los vecindarios del norte de la parte judía de Jerusalén, en los barrios y las aldeas árabes, al igual que en los asentamientos israelíes del entorno, vive un total de 250 000 personas. Este centro de compras es el único en kilómetros a la redonda, y por eso podría convertirse en una mina de oro. Aun así, necesitó una fuerte porción de visión, la capacidad de imponerse al igual que confianza en sí mismo para crear un centro de compras que atraiga tanto a los israelíes judíos como también a los palestinos árabes, para que ellos aquí hagan sus compras codo a codo, exploren los negocios o simplemente pasen tiempo con un café o una comida.
En este centro comercial, que oficialmente abrió sus puertas en enero de 2019, varias cadenas grandes de comercios alquilan locales, tanto empresas israelíes y palestinas, como también extranjeras. Tanto es así, que se encuentra un consorcio de vestimenta israelí justamente al lado de una sucursal de un mayorista palestino en vestimenta con sede comercial en Jerusalén Este. El comercio de una cadena de tiendas palestinas que ofrece joyas de oro se encuentra puerta a puerta con una empresa israelí de cosméticos muy conocida. Se vuelve realmente interesante cuando uno pasa al sector culinario de este centro comercial, ya que aquí uno se encuentra con un puesto de humus de palestinos de Ramala justamente al lado de Brooklyn Bagel. Dicho sea de paso, a pedido de Rami Levy, todos los cafés y restaurantes se atienen a las leyes dietéticas judías.
A pesar de que este complejo surgió muy cerca de la frontera y que muchos árabes de Jerusalén Este acuden allí en masa, Rami Levy no parece tener preocupaciones por la seguridad. “La situación política de seguridad no me infunde temor”, dijo, “estoy seguro que este centro comercial tiene algo que ofrecer a cada uno, a judíos, musulmanes y cristianos, y justamente eso es parte de la coexistencia. Algunas personas opinan que puede ser bastante peligroso invertir en esta región, pero todos los que dudaron, al final tuvieron que admitir que justamente aquí se abre un potencial enorme y además variado.”
Aun así, hay muchos que no apoyan la idea de Rami Levy de una coexistencia pacífica. No solamente el presidente de la AP llamó al boicot: hay llamados similares hechos por palestinos que son puestos en las redes sociales en grandes cantidades. También en la televisión palestina se puede escuchar el lema: “No se conviertan en asociados de la ocupación. Una normalización económica es traición.” Cuando Rami Levy, alrededor de un mes después de abrir el centro de compras, intentó conseguir fecha con el presidente de la AP para impulsar su objetivo de la coexistencia pacífica, recibió una respuesta negativa. Actualmente, sin embargo, todos los llamados al boicot parecen quedar sin efecto, ya que a mucha gente le atrae el centro de compras.