
¿Acuerdo nuclear comprado con terrorismo local?
Hace más de tres años atrás, el Mossad frustró el surgimiento de una célula de terrorismo de Hezbolá en Inglaterra. Eso hasta hace poco se guardaba como secreto. En Israel se reflexionaba sobre si esta información habría sido ocultada por razones de seguridad o si el gobierno británico habría querido encubrir que allí existió un potencial terrorista peligroso para los ciudadanos, para así no poner en peligro el acuerdo nuclear con el Irán.
Una indagación del Daily Telegraph británico sacó a la luz pública que en el otoño del 2015, policía y Servicio de Inteligencia MI5 irrumpieron en cuatro viviendas subversivas en diversos barrios de Londres. Allí descubrieron un total de tres toneladas de nitrato de amonio que puede ser usado para la fabricación de bombas. Eso sobrepasa la cantidad utilizada en 1995 en un atentado con bombas en Oklahoma City en los EE. UU. Durante dicho atentado perdieron la vida 168 personas, y varios edificios fueron destruidos. En Londres, se descubrió esta sustancia química en varios miles de barriles de un solo uso, en que normalmente se guarda hielo. En el transcurso del allanamiento se arrestó a varios sospechosos que más tarde fueron identificados como miembros de la organización terrorista chiita Hezbolá.
Esta célula de terrorismo fue descubierta solo unos pocos meses después de firmarse el acuerdo nuclear de los poderes occidentales con el Irán, lo que fue ocultado al público hasta que el diario británico publicó la acción. El resultado de esta incursión también fue ocultado de los miembros del Parlamento, que en ese tiempo justo debatían si después de todo se debía clasificar a los Hezbolá de organización terrorista o no. El asunto fue callado a pesar de que son claros los peligros de este depósito de explosivos para el público, y que en el mismo año un activista de Hezbolá fue arrestado en Chipre por planificar atentados contra objetivos israelíes y judíos en toda Europa. Junto a este hombre también se descubrió varias toneladas de nitrato de amonio, almacenados de forma similar a los de Londres, lo que señala una relación y no deja ningún tipo de dudas con respecto a las intenciones de Hezbolá.
Poco después de que el diario británico publicara este asunto, tomó la palabra un israelí de alto rango, informando que fue el Mossad –el servicio de inteligencia israelí de exterior– el que dio las pistas vitales tanto para el descubrimiento en Chipre como también para el de Londres. Esta fuente israelí señaló además que la Hezbolá es financiada por el Irán, y que realiza atentados terroristas por mandato de este país en el mundo entero. Según el Mossad, Hezbolá está intentando establecer redes similares en Irlanda y en los EE. UU. También esos intentos fallaron porque el Mossad pudo dar las pistas correspondientes. Según una fuente israelí, los verdaderos objetivos de estas fechorías terroristas eran israelíes y judíos. Se trataba de vengar los intentos israelíes de torpedear el contrato nuclear.
“La organización terrorista Hezbolá es un representante del Irán y opera en el mundo entero”, explicó al respecto Haim Tomer, quien antes dirigía la sección “Tevel” (mundo) del Mossad. “Los iraníes utilizan esta organización en niveles muy diferentes y esto sencillamente por una razón: ¡es lo más cómodo! De este modo allá afuera no hay un solo elemento iraní activo, sino que la mancha recae en el Líbano que de todos modos es conocido como ‘Estado totalmente loco’. Por eso se puede observar que la Hezbolá está activa tanto en Tailandia, como también en Georgia y en Kazajstán, pero del mismo modo también en el corazón de Europa.”
En Israel se opina que Londres calló el descubrimiento de esta célula terrorista por una única razón: no quería enfrentarse de modo alguno con el Irán. Alrededor de aquel tiempo muchos consideraban el contrato nuclear que recién se había firmado con el Irán, como una adquisición diplomática, de modo que al reino británico al igual que a la Unión Europea les era importante no desafiar al Irán y evitar todo tipo de acciones que podría poner en peligro el contrato nuclear. No obstante, también existen algunos miembros de diversas líneas de servicios de inteligencia que dicen que justamente esa discreción les habría dado la posibilidad a los servicios de inteligencia de descubrir otras células terroristas. “Cuando se comienza a destapar una estructura básica, se quiere averiguar quién está detrás de esto y hasta dónde se extienden ese tipo de estructuras. Preguntas como ‘¿Quién creó las estructuras y cómo funcionan?’ son importantes. Por esta razón la discreción es necesaria para poder investigar en profundidad y sacar conclusiones, y quizás incluso lecciones”, explicó Tomer al respecto. “Estoy seguro que los británicos han aprendido mucho de este asunto, razón por la cual recién ahora, al concluir este proceso de adquisición de conocimientos, sacaron el tema a la luz pública. Es totalmente natural que ellos hayan guardado silencio hasta la fecha por querer que sus medidas contra dichas células llegaran lo más lejos posible.”