37 pilotos rechazan el entrenamiento de combate

Antje Naujoks

En el contexto de la reforma judicial en curso, creen que en el futuro podrían recibir órdenes de despliegue “por motivos políticos”. Su negativa a prestar servicio, causó una tormenta pública de horror en Israel y fue percibida como censurable, inaceptable y que traspasa todos los límites. Los soldados se presentaron al servicio, pero se negaron a seguir las sesiones de entrenamiento. En su lugar, querían dialogar. Los pilotos no son los únicos reservistas que han amenazado con no seguir prestando servicio si se aprueba la reforma judicial. Para ellos, los cambios previstos suponen socavar el Estado de Derecho de Israel, de modo que ya no pueden confiar en los criterios de decisión de los políticos y, desde luego, no pueden contar con la protección del poder judicial. A muchos les preocupa, por ejemplo, que puedan quedar indefensos ante una acción penal internacional. Israel conoce a objetores, pero habitualmente se trata más bien de un fenómeno ocasional, no como ahora, cuando los expertos advirtieron: la división política se ha apoderado de las filas del ejército, lo que supone una amenaza existencial para el país.

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