La seguridad del reinado venidero de Jesús

Norbert Lieth

Como en Apocalipsis 19, los Salmos Halel (113-118) y la cena de la pascua del Señor, señalan al futuro reino milenial de Cristo en Israel.

Antes de que Cristo regrese visiblemente y comience Su reinado aquí en la Tierra, suena el Aleluya en el cielo: «Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!» (Ap 19:6).

¿Cómo enseñó Jesús a sus discípulos a orar? El Nuevo Testamento, en la traducción de Jantzen [alemana, NdeT], lo dice de esta manera: «Nuestro Padre, que está en el cielo: Santificado sea tu nombre. Tu reino venga. Tu voluntad suceda, tal como la misma sucede en el cielo, así también en la tierra» (Mt 6:9-10).

Cuando Jesucristo venga en gloria, habrá llegado el momento: «¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!» Con Su retorno, Jesús, como Dios el Hijo, trae el reinado divino a la Tierra. 

Cuando el Señor Jesús celebró la última pascua con Sus discípulos, y estableció la Cena del Señor en el Nuevo Pacto, Cristo cantó con ellos la alabanza: «Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos» (Mt 26:30). 

Este himno consistía de los así- llamados «Salmos Halel », es decir, los Salmos Aleluya 113 al 118. Y en el Salmo 116:3 dice, por ejemplo: «Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová.»

En este contexto el Señor explica: «Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre» (Mt 26:29). 

Con estas frases, los discípulos reciben la garantía de que Él regresará para establecer el reinado. Mientras tanto, en la Iglesia no suena ningún Aleluya (no lo encontramos en ninguna carta apostólica). Es recién en el último libro de la Biblia, en Apocalipsis, que anuncia Su reinado para Israel, que nuevamente se canta el Aleluya. 

Como en el estreno del gran «Aleluya» de Händel, el rey inglés y todos los presentes se pusieron de pie, así será en el gran Aleluya al final de la historia de salvación, cuando el Señor inicie Su reinado–todo el mundo se pondrá de pie. 

«Los reyes de la tierra y todos los pueblos, los príncipes y todos los jueces de la tierra; los jóvenes y también las doncellas, los ancianos y los niños. Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos. El ha exaltado el poderío de su pueblo; alábenle todos sus santos, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. ¡Aleluya!» (Salmo 148:11-14).

El tiempo de la Iglesia, entre la última Cena del Señor y Su retorno, estará completado, y ahora, el Señor otra vez beberá de de la vid, porque tendrá lugar las bodas del Cordero. 

«Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación» (Is 25:6-9).

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