La primera bienaventuranza del Apocalipsis

Wim Malgo (1922–1992)

Una interpretación del último libro de la Biblia. Parte 7. Apocalipsis 1:3

Para terminar la introducción grandiosa de Apocalipsis resuena la primera de las siete bienaventuranzas del libro (Ap 1:3). Durante Su vida en la Tierra, el Señor nos dio diez bienaventuranzas cuando Él le hablaba al pueblo de Israel desde el monte. En Apocalipsis, desde el cielo, Él dio siete: 

1. “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” (cap. 1:3). 

2. “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor” (cap. 14:13). 

3. “Bienaventurado el que vela” (cap. 16:15). 

4. “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero” (cap. 19:9). 

5. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección” (cap. 20:6).     

6. “Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” (cap. 22:7). 

7. “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos” (cap. 22:14, RVR). 

Lo que llama la atención es que la primera bienaventuranza en Apocalipsis contiene una condición: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas”. En realidad debería decir: “Bienaventurados aquellos que leen la palabra para otros, los que escuchan y la guardan.” Otra traducción dice: “Los que escuchan las palabras de la profecía los guardan.” 

Debemos recordar que la mayoría de los creyentes de aquel entonces dependían de escuchar cuando otros leían, ya que la imprenta todavía no había sido inventada. Como todo debía ser escrito a mano con mucho esfuerzo, no todos tenían un Antiguo Testamento. Además de eso también había analfabetos. Por eso la Escritura – y más tarde también las cartas de los apóstoles – era leída en voz alta. 

En una traducción bíblica en inglés, la primera bienaventuranza del Apocalipsis es traducida así: “Especialmente bienaventurados aquellos que escuchan y leen y retienen la profecía”. La manera correcta de escuchar de todos modos es algo que se espera en Apocalipsis, ya que una y otra vez dice: “El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. 

¡Somos gente privilegiada, ya que tenemos una Biblia! ¿La usa? Si hay cosas que usted no entiende, ore acerca de eso. Que el Señor le dé conocimiento. Lea, escuche y retengalo en su corazón, y usted será salvo.

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