El significado del tribunal de Cristo - Parte 1

Mark Hitchcock

Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. ¿Pero qué significa? ¿Veremos nuestros pecados? ¿Qué juzgará Cristo? A continuación, presentamos un análisis del tema.

Me gusta la historia de Cotton Fitzsimmons, el frustrado entrenador de básquetbol que tuvo una idea singular para motivar a su estresado equipo. Antes de uno de los juegos, les hizo un apasionante discurso que los invitaba a «fingir»: 

Señores, cuando salgan allí, en lugar de recordar que estamos en último lugar, ¡finjan que somos líderes de la clasificación!; en vez de estar en una racha de juegos perdidos, ¡simulen que estamos ganando un juego tras otro!; en vez de considerar este como uno juego más, ¡imaginen que se trata de un juego de eliminatorias!

Con ánimo renovado, el equipo corrió hacia la cancha, y fue vencido por completo por los Celtas de Boston. El entrenador se encontraba visiblemente molesto por la derrota, cuando uno de sus mejores jugadores le dio una palmadita en su hombro, diciéndole: «Ánimo, entrenador. ¡Finja que hemos ganado!».

El profesor de Biblia, Erwin Lutzer, comenta acerca de esta historia: 

Muchos de nosotros parecemos estar ganando en la carrera de la vida, pero quizá solo estamos fingiendo. Cuando estemos delante de Cristo, reconoceremos la diferencia entre una verdadera victoria y una ilusión. Veremos qué nos hizo falta para ganar y qué para perder. Ahí veremos, qué realmente tomábamos en serio.

Llegará el día en el que cada creyente en Jesucristo estará delante del Señor. Allí se verán las pretensiones o las obras agradables para Él. La Biblia llama a este evento venidero el tribunal o béma de Cristo. Nunca comprenderemos lo que la Palabra de Dios enseña acerca de una recompensa futura, mientras no entendamos las cuestiones básicas de este evento en el calendario profético de Dios. Por esta razón, trataremos con algunos detalles esenciales del tribunal de Cristo.

El tribunal: ¿qué es?
La primera pregunta que debemos plantearnos es: ¿qué es un tribunal? En la Escritura, la palabra béma, traducida como «tribunal», significa «un paso» o «un pie». En la antigua cultura grecorromana, béma hacía referencia, en la mayoría de los casos, a una plataforma o escenario elevado, provisto de escalones, desde donde se anunciaban las sentencias. Al encontrarse a cierta altura del suelo, la gente reunida a su alrededor podía presenciar y escuchar las decisiones y dictámenes. Esto es similar a lo que conocemos en la actualidad como tribunal, es decir, una plataforma elevada en la sala de juicios donde se sienta un juez para dictar sentencia.

En el Nuevo Testamento, la palabra béma aparece en diversos contextos:

- Es utilizada para nombrar el tribunal de Pilato (Mateo 27:19; Juan 19:13).

- Es utilizada para el tribunal de Herodes (Hechos 12:21).

- El apóstol Pablo, estando en la ciudad de Corinto, compareció ante el béma de Galión, el procónsul de Acaya (Hechos 18:12, 16-17). En la actualidad, este béma sigue estando en el rincón más alejado del ágora o mercado.

- El béma de Porcio Festo, en el que alegó Pablo, es mencionado en Hechos 25:6, 10 y 17.

En la antigua cultura griega, el término béma era utilizado, en esencia, de tres maneras diferentes. En primer lugar, hacía referencia a un procedimiento judicial, en el que los jueces impartían justicia. Como hemos visto, esta era la manera más usada en el Nuevo Testamento.

En segundo lugar, era la forma de mencionar la plataforma elevada donde los atletas recibían sus condecoraciones en las competiciones olímpicas de aquel tiempo.

En su segundo viaje misionero, Pablo hizo de la ciudad de Corinto su cuartel general durante dieciocho meses, tiempo en el que enseñó a los corintios la Palabra de Dios. A unos pocos kilómetros, en Istmia, se realizaba cada segunda primavera los Juegos Ístmicos. Seguramente, Pablo visitó estas competiciones mientras trabajaba en Corinto, fabricando carpas y predicando el evangelio. A menudo, el apóstol utilizó para sus mensajes la imagen de los atletas y sus condecoraciones, por lo que es probable que haya presenciado estos juegos.

En tercer lugar, el término béma se relacionaba con una tarima elevada del cuartel militar, donde un soldado recibía sus medallas y condecoraciones por su heroísmo y valentía en el combate.

Inspirado por el Espíritu Santo, Pablo utilizaba ilustraciones que, por su cercanía, ayudaban a su público a comprender el significado del béma celestial o el juicio de Dios en los últimos tiempos: «Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo […]. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí» (Ro. 14:10, 12). 

«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo» (2 Co. 5:10).

Los comparecientes en los tribunales: ¿quiénes serán?
Toda persona que esté leyendo estas palabras participará en uno de los dos tribunales futuros. Tanto los creyentes como los incrédulos deberán un día rendir cuentas. La Biblia dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (He. 9:27). Cada ser humano tiene una fecha de audiencia, por ende, la pregunta no es si compareceremos ante el tribunal, sino cuándo y dónde: el juicio es ineludible.

Quien haya creído en esta vida en Cristo como su Salvador, comparecerá ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10; 2 Corintios 5:10). Podemos llamar a este suceso, el primer juicio.

En contraste, aquel que haya rechazado a Cristo, comparecerá ante el juicio del gran trono blanco, al final de los últimos tiempos, más precisamente antes de la creación de un cielo nuevo y una tierra nueva. A este segundo acontecimiento lo llamaremos el último juicio (Apocalipsis 20:11-15).

Solo los creyentes en Jesucristo irán ante su tribunal. Segunda Corintios 5:10 dice: «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo».

Una mirada al contexto de este pasaje nos deja ver que Pablo hablaba de sí mismo y de otros creyentes. La palabra nosotros hace referencia a los creyentes en Cristo. En conclusión, no habrá ningún incrédulo presente en este juicio.

Las palabras «es necesario que todos nosotros» en 2 Corintios 5:10 revelan que este juicio alcanzará a todos («todos no­sotros») y será de naturaleza obligatoria («es necesario»). El tribunal no es opcional, sino imperativo, lo que hace que la asistencia a este evento resulte inevitable. En la palabra nosotros, Pablo se incluye también a sí mismo. Ningún creyente está excluido. Si usted reconoce a Cristo como su Salvador, estará presente.

La fecha del tribunal: ¿cuándo será?
La Escritura permite ver que el tribunal tendrá lugar después del arrebatamiento de los creyentes al cielo, antes de la segunda venida de Jesús a la Tierra para establecer su reino. Primera Corintios 4:5 dice: «Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios». Los creyentes serán juzgados una vez que el Señor regrese.

En Apocalipsis 19:7-10 es presentada en el cielo la novia galardonada de Cristo, enfatizando que el tribunal de Cristo sucederá entre el arrebatamiento de los creyentes al cielo y el retorno terrenal de Jesús. Paul Benware lo resume muy bien:

Este evento está conectado aparentemente con el arrebatamiento, aunque es anterior a la segunda venida de Cristo, ya que los cristianos que regresarán con Él, ya habrán recibido su galardón. La Iglesia fue recompensada en Apocalipsis 19:8, cuando Juan dice «a ella [la Iglesia] se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente, porque el lino fino es las acciones justas de los santos». La propia vestimenta representa el galardón. El hecho de que la novia lleve vestidos hermosos, señala que ya ha recibido el premio por sus justas acciones. Este suceso se ubica justo antes del retorno del Señor Jesús del cielo, para gobernar el mundo como Rey de reyes y Señor de señores. El tribunal de Cristo, por lo tanto, tendrá lugar justo antes de la segunda venida, pero después de que el Señor Jesús haya llevado a la Iglesia al Cielo. El galardón de los creyentes presupone un período prolongado de tiempo, y un arrebatamiento que ocurre antes de los últimos siete años nos daría el tiempo suficiente.

Como la novia galardonada acompaña a Jesús en Su regreso a la Tierra (Apocalipsis 19:14), necesariamente tuvo que haber sido recibida antes en el cielo. Esto se corresponde con la idea pretribulacionista, la cual enseña que la novia de Cristo será arrebatada por lo menos siete años antes de la segunda venida. El período de siete años que transcurre entre el arrebatamiento y el retorno de Jesús es denominado a menudo como tribulación o gran tribulación. Según esta postura, mientras ruge la tribulación en la Tierra, los creyentes estarán en el cielo, presentándose ante el tribunal de Cristo.

Otra pregunta relacionada a la duración del tribunal es: ¿cuánto tiempo necesita el Señor para examinar la vida de cada uno de los creyentes? Si este tribunal celestial tiene lugar después del arrebatamiento, ¿tendrá el Señor el tiempo suficiente como para evaluar a cada creyente antes de su regreso a la tierra, al final de la tribulación de siete años?

George Eldon Ladd dijo en 1956: “Hay aproximadamente 200 millones de cristianos viviendo en la tierra. Siete años corresponde a más de 200 millones de segundos. ¿Cuánto de una fracción de segundo es necesaria para evaluar a cada creyente? Si es necesario un período de tiempo, este deberá abarcar mucho más de siete años”.

Por supuesto que no podemos saber cómo el Señor pretende evaluar a cada creyente en solo siete años, pero podemos estar seguros que esto no constituye un problema real para un Dios todopoderoso y omnisciente. Como comentó John Walvoord: «De juicios como el de las ovejas y los cabritos (Mt. 25:31-46), podemos deducir que Dios sin esfuerzo puede evaluar o juzgar a millones de personas de una vez. Sin lugar a duda, será necesario para los juicios tan solo una fracción de los siete años que hay entre el arrebatamiento y el retorno del Señor a la Tierra».

Si bien no podemos imaginarnos cómo Dios realizará los juicios, sabemos con toda seguridad que el juicio a los creyentes tendrá lugar en este período.

El sitio del tribunal: ¿dónde será?
El tribunal tendrá lugar luego de que el Señor nos haya llevado al cielo (1 Corintios 4:5). Entonces Él nos guiará a la casa del Padre (Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:17). Como este tribunal se llevará a cabo antes de nuestro regreso con Jesús en Su segunda venida, sucederá necesariamente en el cielo. Un día –quizás hoy– Jesús vendrá para llevar a Su novia al paraíso celestial. Cuando lleguemos allí, será primeramente evaluada y juzgada nuestra vida. Tenemos certeza de que esto ocurrirá en el cielo, pues la novia galardonada es mostrada allí antes de su regreso con Jesús a la Tierra (Apocalipsis 19:7-10).

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