El sentido de la vida

Norbert Lieth

El sentido de la vida siempre preocupó a la humanidad. "¿Por qué vivo?" "¿Cuál es la razón de la vida?" "¿Cuál es el objetivo de vivir?"

Mary Roberts Rinehart dijo sobre el sentido de la vida: "Un poco de trabajo, un poco de sueño, un poco de amor, y todo terminó".  Edmund Cooke afirmó: "Nunca vivimos, pero siempre tenemos la expectativa de la vida".  Colton: "El alma vive aquí como en una prisión y es liberada sólo por la muerte".  Shakespeare: "Vivir es una sombra ambulante".  R. Campbell: "Vivir es un corredor polvoriento, cerrado a ambos lados".  Rivarol: "Vivir significa pensar sobre el pasado, lamentar sobre el presente y temblar ante el futuro".

¿Todas estas no son afirmaciones bastante amargas y desalentadoras sobre el sentido de la vida? Parece que todos hablan sólo de existir y no de vivir verdaderamente.

Jesús tocó en el fondo de la cuestión al decir: "Yo soy... la vida" (Juan 14:6). Por eso el apóstol Pablo escribió sobre el sentido de la vida: "Porque para mí el vivir es Cristo" (Filipenses 1:21). Por eso, también el apóstol Juan comenzó su primera carta con las palabras: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante a la Palabra de vida, (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos y anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y nos fue manifestada)” (1 Juan 1:1-2).

Una revista deportiva publicó las palabras de un famoso ex entrenador y comentarista deportivo, que resumió su vida así:

Yo creía que 20 años de fama bastaría [...]. Tal vez ganar tres campeonatos y entonces, en el auge, con 53/54 años, parar [...].  Después yo pretendía recuperar todo lo que había perdido, debido al largo tiempo que estuve viajando [...].  Ahora todo parece tan sin sentido [...].  Pero aquella ansia incontrolable de conquistar el mundo no podía ser frenada [...]. Al ponerse enfermo, se llega a la conclusión: "El deporte no significa nada más - ese pensamiento es simplemente terrible.

Alguien dijo una vez: "¿Cuál es el significado de la vida cuando se convierte en antiguamente’?".

Sin Jesús, que es la vida en todo su significado presente y eterno, la vida en la tierra ofrece al máximo un "éxito vacío", e incluso ése se desvanece al final como arena entre los dedos. Por eso, oiga la voz de Jesús, que resume el sentido de la vida en una sola oración:

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien Tú has enviado” (Juan 17:3).

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