¿Cuáles son las señales para la venida de Cristo y cuán cerca estamos de su cumplimiento?

Jeff Kinley, Todd Hampson

El fin de los tiempos compacto: qué señales del fin cercano existen realmente y a qué apuntan, sobriamente consideradas.

Cuando hablamos de las señales del fin de los tiempos, en general, hacemos mención a dos cosas: en primer lugar, a las señales específicas que nos indican el pronto regreso de Cristo y, en segundo lugar, a las condiciones de nuestro mundo actual y su paralelismo con la profecía bíblica. Estas condiciones son lógicamente necesarias para que ocurran los eventos que señalarán los futuros siete años de tribulación (conocidos también como el Día del Señor).

Un pasaje de la Biblia que nos indica qué buscar en los últimos tiempos es el discurso de Jesús en el Monte de los Olivos (Mateo 24-25; Marcos 13; Lucas 21). Con esta detallada enseñanza, Jesús responde a las preguntas de los discípulos sobre el final de los tiempos. Después del libro de Apocalipsis, el discurso del Monte de los Olivos es el pasaje profético sobre el final de los tiempos más extenso del Nuevo Testamento. También es el segundo discurso ininterrumpido más largo de Jesús en las Escrituras (después del Sermón del monte). Es importante señalar que Jesús no reprendió a sus discípulos por pedir estas señales, sino que prefirió enseñarles de forma amplia y detallada.

Aunque nadie conoce el día o la hora en que Jesús regresará, excepto Dios Padre (Mateo 24:36), leemos en Hebreos 10:25 que los cristianos pueden ver “que aquel día se acerca”. La palabra “día” hace referencia al Día del Señor o período de tribulación. Durante estos siete años, Dios traerá juicio sobre la tierra. Además, tomará por sorpresa a los incrédulos –no a los cristianos–, cuando el Señor venga “como ladrón” (1 Ts. 5:2, 4).

También debemos tener en cuenta que el arrebatamiento y la venida de Cristo son dos eventos diferentes. El arrebatamiento tendrá lugar antes del comienzo de la tribulación, sin embargo, el regreso de Cristo a la Tierra se dará al ­final de ese período. Existe una analogía muy útil que podemos utilizar a menudo, mientras esperamos las señales del regreso del Señor. Cuando la ciudad se viste con sus primeros adornos navideños, el día de San Nicolás aún no ha llegado, sin embargo, sabemos que está cerca. Lo mismo ocurre con las señales que preceden al tiempo de la Tribulación: a través de ellas comprendemos que el Arrebatamiento de la Iglesia no tardará en llegar.

El período de la Tribulación proyecta su sombra hacia adelante
La forma más fácil de obtener una visión general de las señales es dividirlas en diferentes categorías y analizarlas. Cada categoría contiene diferentes señales y condiciones a tener en cuenta mientras esperamos el regreso del Señor, indicando lo cercano de este acontecimiento.

La superseñal: el renacimiento de Israel como nación
Para muchos eruditos de la profecía bíblica, el renacimiento de Israel es “la superseñal”. Son dos las razones que lo justifican. En primer lugar, las otras señales del fin de los tiempos dependen de este hecho. Ninguna de ellas pudo haberse cumplido antes de la fundación del Estado de Israel. En segundo lugar, este es un evento de enorme magnitud. Estadísticamente, es imposible predecir esta señal con todos sus detalles y condiciones previas necesarias, y luego ver que cada uno de estos se cumple con exactitud en nuestro tiempo.

La independencia de Israel se produjo el 14 de mayo de 1948. Con la excepción de Jonás, todos los profetas del Antiguo Testamento habían predicho que Israel volvería a ser una nación y que el pueblo judío regresaría a su antigua patria.

El renacimiento de Israel es el aspecto principal de esta “superseñal”, y de muchas otras señales del fin de los tiempos. Las Escrituras contienen además varias profecías sobre acontecimientos ocurridos antes o después del renacimiento de Israel (a partir de finales del siglo xix).

Señales geopolíticas
Además del renacimiento de la nación de Israel, la Biblia predice también otras condiciones geopolíticas. En Ezequiel 38, por ejemplo, leemos sobre un ataque a la nación judía que tendrá lugar después de su renacimiento. Se trata de una de las profecías más detalladas de la Biblia, donde se menciona el surgimiento de una coalición de Estados al final de los tiempos, compuesta por Rusia, Turquía e Irán, quienes se unirán en una alianza militar contra Israel.

Rusia será el líder de las fuerzas combinadas que atacarán a Israel desde las montañas del norte (desde Siria, aunque esta nación no desempeñará un papel importante en la acometida). Su objetivo es robar a Israel. Este ataque vinculado al fin de los tiempos (que Dios derribará de forma rápida y sobrenatural) será rechazado por Arabia Saudita (Sabá y Dedán) y “[…] los mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes [o jóvenes leones]” (Ezequiel 38:13). Muchos expertos piensan que Tarsis señala a la actual Inglaterra (o España), y los príncipes (o jóvenes leones) son los Estados emergentes del Imperio británico, incluida América. Según esta profecía, Estados Unidos no apoyará militarmente a Israel.

Ya todo está preparado para que se dé este escenario. La primavera árabe y la guerra civil en Siria (desde 2011) han sido utilizadas por Rusia, Irán y Turquía para llenar el vacío político y militar en Siria. Esto ha dado lugar a una coalición oficial entre estas naciones que figuran en la profecía de Ezequiel 38 junto con otras fuerzas secundarias como Libia y Sudán.

Hay muchas otras señales geopolíticas del final de los tiempos, incluyendo los esfuerzos políticos para establecer un Gobierno mundial (a través de las Naciones Unidas y otras organizaciones globalizadoras), del resurgimiento del Imperio Romano (la Unión Europea), y del ascenso a superpotencias de los Estados del Lejano Oriente (como China). Todos estos acontecimientos están relacionados con las profecías del fin de los tiempos, y han sido predichos hace miles de años.

Señales en la naturaleza
En el discurso del Monte de los Olivos, Jesús mencionó varias señales en la naturaleza que, como los dolores de parto, aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al tiempo final. Detengámonos un momento y recordemos los numerosos fenómenos meteorológicos e inusuales terremotos que se han producido en los últimos quince años. Parece que con cada nueva catástrofe surgen nuevos términos para describirla, como “sin precedentes”, “única” o “suceso del siglo”.

Haití, Japón, Indonesia, Chile y Pakistán son algunos de los lugares donde se han producido desastres devastadores en los últimos años. El mundo tomó conciencia del poder destructivo de los terremotos cuando en algunos casos desencadenaron tsunamis que costaron cientos de miles de vidas. Algunos de estos terribles sucesos fueron incluso filmados. En 2004, un terremoto de 9,1 de magnitud en el océano Índico, y su posterior tsunami, terminaron con la vida de 260,000 personas. Fue el terremoto más largo y el segundo más grande registrado desde la existencia del sismógrafo.

El clima extremo y la actividad sísmica son el resultado natural de un mundo que gime por redención (Romanos 8:22-23). El Señor sabía de antemano que, a medida que la Tierra se desgastara como un vestido (Isaías 51:6), los dolores de parto y la inestabilidad aumentarían notablemente, dirigiéndose hacia el final señalado.

Señales espirituales
Hay señales espirituales positivas y negativas a las que deberíamos prestar atención. Entre los aspectos positivos, la profecía bíblica nos dice que podemos esperar que más judíos acepten a Jesús como su Mesías (Mateo 23:39; Romanos 11:26; Apocalipsis 7:4) y que todas las naciones serán alcanzadas con el Evangelio (Mateo 24:14).

Por otro lado, los hechos negativos tienen relación con un crecimiento de la apostasía (un alejamiento de la verdad) en la Iglesia (2 Timoteo 3:1-5), con la propagación de falsos cristos, sectas y engaños espirituales (Mateo 24:24), con la persecución a judíos y cristianos (Mateo 24:9), con la aparición de muchos escarnecedores de la fe (2 Pedro 3:3-4) y con el aumento del ocultismo (Apocalipsis 9:21).

Estas tendencias espirituales alcanzan su clímax en el período de la Tribulación. Ambos lados de estas señales serán cada vez más evidentes. El Apocalipsis nos dice que las prácticas ocultas y la actividad demoníaca serán globales. Al mismo tiempo, 144,000 evangelistas judíos proclamarán con audacia el Evangelio en todo el mundo. Muchas personas elegirán a Cristo y le entregarán sus vidas, para luego morir como mártires.

Señales sociales
El siguiente pasaje resume de forma clara cuáles son las señales sociales: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2 Ti. 3:1-4).

Cuando leemos estas palabras, no podemos dejar de compararlo con nuestra sociedad actual. Esta profecía de hace dos mil años puede leerse como un relato moderno sobre la gente de nuestra era.

Señales tecnológicas
Muchas profecías de las Escrituras apuntan a un progreso tecnológico sofisticado que posibilite el surgimiento de ciertos eventos futuros. Cuando los profetas del Antiguo Testamento recibían los mensajes y visiones del Señor, a menudo no entendían los detalles de sus profecías. Desde el punto de vista tecnológico, el cumplimiento de muchos de sus anuncios proféticos no era posible en aquella época.

Las armas nucleares, la transmisión por satélite y por Internet, el almacenamiento de grandes cantidades de datos, la manipulación del adn, la inteligencia artificial, los sistemas de vigilancia, el transhumanismo y muchas otras tecnologías actuales y emergentes, se describen en la profecía bíblica como avances necesarios para que surjan los acontecimientos finales. Todas las tecnologías imprescindibles para cumplir con la profecía del fin de los tiempos existen en la actualidad.

Convergencia
Otra analogía utilizada con frecuencia y que evidencia lo cercano que está el final de los tiempos es la de una obra de teatro a punto de comenzar. Miras alrededor y observas cómo la gente comienza a ocupar sus asientos, mientras que la sala se llena poco a poco. El telón del escenario sigue cerrado, sin embargo, se oye cómo detrás de este la gente se mueve de un lado a otro. Al notar el ajetreo, imaginas cómo arman la escenografía para la obra. Ahora solo queda esperar a que se apaguen las luces y se abra el telón… 

El hecho de que todas las señales del fin de los tiempos se hayan hecho visibles en nuestro tiempo, debería llamar nuestra atención. Nunca antes en la historia habían convergido a tal punto los acontecimientos con las condiciones necesarias para que llegue el fin.

¿Qué tan cerca estamos?
Todas estas señales del fin de los tiempos, en especial la convergencia, sugieren que estamos muy cerca de la Segunda Venida de Cristo. Como ya hemos mencionado, las Escrituras dicen con claridad que nadie sabe el día ni la hora (Mateo 24:36). Sin embargo, observando las numerosas señales, podemos saber que su regreso no tardará (Mateo 24:33; Lucas 21:28; Hebreos 10:25).

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