¿Control perdido?
Actualmente, todo lo que hasta ahora estaba bajo control, se descontrola. A causa del coronavirus, el mundo es atacado por una inseguridad y un temor no conocidos desde las dos guerras mundiales. Ver que el ser humano del siglo XXI, si bien controla buque y vela, ya no tiene control alguno sobre viento y olas, y esto es alarmante para muchos.
¿Y qué es lo que el ser humano todavía tiene bajo control, y en qué puede confiar? En Isaías 26:4, la Biblia da una respuesta maravillosa: “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”. El Señor es una roca inmutable en tormenta y oleaje, no solo hoy, sino por toda la eternidad. En Él solo es, que el ser humano encuentra seguridad absoluta, consuelo y reposo.
- Dios es el único que tiene el control sobre esta Tierra, y nada se escapa de Su atención. Por supuesto que la fe no minimiza las olas de problemas en cuanto a la salud y la propiedad que se nos vienen –también a los hijos de Dios. Pero la fe relativiza. No de manera subjetiva y superficial, sino objetivamente y de profundidad. Porque:
- Dios sabe todo sobre la composición del ser humano. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos. Él conoce nuestros pensamientos, e incluso los cabellos de nuestra cabeza los tiene contados (Sal. 139:2; Mt. 10:30).
- Dios sabe todo sobre la vida del humano. Él estuvo presente en gestación y nacimiento, Él está con nosotros cada día, y Él tiene también a nuestra tierra bajo Su control (Sal. 139:16).
- Dios sabe todo sobre los planes del humano, también cómo terminarán (Prov. 16:9; Jer. 10:23; Stg. 4:13-15).
- Dios sabe todo sobre las necesidades del ser humano. Él provee para nosotros y nos protege (Sal. 23; Mt. 6:33). Él puede hacer todo por los humanos. Nada es imposible para Él y nada nos puede separar de Él (Lc. 1:37; Ro. 8:38-39). Él incluso puede hacer más de lo que pedimos o comprendemos (Ef. 3:20).
- Dios también sabe de los gobiernos de los seres humanos. Él sostiene todos los hilos en Sus manos. Él pone los gobiernos y les da libertad de actuar, utilizando esto para cumplir Sus planes (Prov. 21:1; Dn. 2:21).
- Dios también sabe todo lo que les sucede a los humanos. No existe acontecimiento alguno del que Él no supiera. También sabe todo sobre el coronavirus. Y por eso Él tampoco puede ser sorprendido ni sobrecogido. Él no duerme, ni se cansa (1 S. 2:3; Is. 40:28).
Pero Dios, quien todo lo puede, quien todo lo sabe y quien siempre está presente, odia el pecado. Este le es totalmente ajeno a Su ser. Por eso, también el ser humano con su pecado le es ajeno a Dios. El pecado no tiene lugar en la comunión con Dios. Y porque Dios sabe eso, en Su inmenso amor, creó la única solución posible: “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo” (Ef. 2:13).
Y a cada persona que admite su propia incapacidad y entrega el control completo de su vida a Jesús, Dios le dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Jos. 1:9).
¡Porque Él tiene todo bajo Su control!