Fuerza espiritual para cada día
“Pelea la buena batalla de la fe.” 1 Timoteo 6:12
Hay pocas personas que comprenden y ejercitan la buena batalla de la fe en forma correcta. La gran mayoría de los creyentes pelean, pero no lo hacen correctamente. Pablo especifica: “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.” El hecho de que estemos luchando no es lo más crucial, sino que lo que realmente cuenta es que luchemos correctamente. Pelear correctamente significa luchar teniendo un objetivo en mente, procurando alcanzar una meta. Con todo, para poder pelear la buena batalla en forma efectiva, necesitamos primero conocer a nuestro o nuestros enemigos. Necesitamos ser conscientes de que los verdaderos enemigos no son las personas de carne y sangre, como nos dice Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Por eso, considerar a las personas como nuestros verdaderos enemigos es una actitud infantil de nuestra parte, ya que la fuerza motriz de la mentira humana, de la envidia y del odio, siempre tienen a los poderes de las tinieblas por detrás. Pero el Señor Jesús venció y quitó el poder de los enemigos del hombre en la cruz del Calvario. Su victoria es nuestra victoria. Por eso, el buen combate de la fe consiste en que no luchemos más por nosotros mismos, sino en que partamos de la victoria conquistada por Jesús.