Fuerza espiritual para cada día
“Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.” Isaías 40:8
La promesas de Dios permanecerán siendo válidas también en el nuevo año. Pese a que las circunstancias puedan sacudirte, pese a que seas lanzado de un lado a otro y pese a que el tiempo pase con rapidez, una cosa es cierta: La Palabra permanece. Cuántas veces se inmiscuyeron con la Palabra de Dios durante los siglos. Fuerzas centrífugas intentaron perjudicarla, pero la Biblia ha permanecido. La Palabra y tú, tú y la Palabra, deben hacerse uno. ¿No fue el Señor Jesús también inseparablemente uno con la eterna Palabra de Dios? David dice: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” La Biblia permanece. La Palabra permanece porque ella es segura y confiable, sí, porque ella es más fuerte que todas las otras cosas, más fuerte que las enseñanzas humanas y las fuerzas destructivas. Por eso, en el pasaje entre un año que se va y otro que viene, te deseo la bendición del Señor con el Salmo 33:4: “Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad.” ¡La Biblia permanece! Esto es válido para todos aquellos que, de una u otra forma, trabajan en los campos del Señor. Pero también es válido para ti, que tal vez te encuentras en el lecho de la enfermedad o estás pasando por alguna aflicción: La Palabra del Señor permanece para siempre.