Fuerza espiritual para cada día
“Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos.” Números 33:51-52
El Jordán representa, en forma maravillosa, la muerte del Señor Jesucristo. Aquí lo vemos como punto de partida para la victoria sobre todos los poderes del enemigo. El Señor ordenó a los hijos de Israel que expulsasen a todos los moradores de Canaán, y que destruyesen todos sus ídolos. Pero primero dijo: “Cuando hayáis pasado el Jordán...” Es así que aprendemos a vencer: No en dirección a la cruz, no en dirección a la victoria, pero sí, partiendo de Su cruz, partiendo de la victoria conquistada por el Señor en la cruz. Cree, hijo de Dios: “Consumado es.” Si tú descansas en esa obra consumada, si estás unido a El en la cruz, entonces comienza tu vida victoriosa - no a la inversa. No debes intentar ser crucificado de a poco, sino que, por la fe, debes colocar tus pies en esta área de victoria ahora mismo. Justamente, eso es lo que está escrito en Romanos 6:6: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él.” ¿Para qué? Pablo continúa: “Para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.”