Fuerza espiritual para cada día
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.” Salmo 23:4
La palabra “porque” que, aparentemente, es insignificante, nos muestra grandes e inexplicables cosas. David canta sobre eso y expresa su fe, en forma artística, en el Salmo 23. El tenía motivos más que suficientes para naufragar a causa del miedo y del pavor, ya que estaba cercado de enemigos, pero se aferró al Señor: “Porque tú estarás conmigo.” Este “porque” realza y enfatiza la excelsa persona de Dios. Cuando el Señor tiene el lugar más importante en tu vida, y domina todas las áreas de tu existencia, entonces, siempre puedes utilizar ese victorioso “porque”. Tendrás razones para asustarte, para tener miedo y aflicción pero, de cualquier manera, atrévete a expresar el “porque”: “No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.” Esa pequeña palabra también resuelve la difícil cuestión de nuestra debilidad. Puede que te quejes diciendo: ‘No tengo fuerzas, me gustaría servir mejor al Señor, pero encuentro puertas cerradas por todas partes.” Ten confianza, ya que el Señor está complacido con tu debilidad. El salmista testifica: “El debilitó mi fuerza en el camino.” Pero escucha la promesa del Señor: “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar.” Y la justificación para eso: “porque aun tienes poca fuerza.” Precisamente, debido a que eres débil, El se hace fuerte en tu vida. Precisamente, debido a que tú no puedes resolver las situaciones, él puede hacerlo todo por ti.