
Santa Greta y la religión del clima
En nombre de la protección del medio ambiente fue que la adolescente Greta Thunberg viajó a Estados Unidos, dio un discurso emotivo ante la ONU, y los medios de comunicación europeos quedaron de cabeza. Ella ahora recibió el Premio Nobel alternativo. Henryk Broder comentó con arrogancia en el Weltwoche suizo: “Amo a Greta porque ella –si bien sin querer– desenmascaró a la sociedad occidental por lo que es: supersticiosa, tonta, histérica, infantil y adicta por redención. Un logro considerable para una chica de dieciséis años, de una familia sueca de clase media…”. Y el evangelista, músico y autor Lutz Scheufler nota en su página web: “Si bien en nuestras latitudes mucha gente se denominaría ‘religiosamente sin talento musical’, incluso los ateos profesos acompañan a los movimientos que se comportan muy religiosamente. Un ejemplo de la actualidad es la religión del clima. El proselitismo forzado es a lo que allí se aspira como “curalotodo” para el globo maltratado. No solo 10, sino son miles de mandamientos hay que cumplir. La conversión de la gente se quiere lograr por la fuerza a través de la ley. Se necesita un pago de indulgencia en forma de un impuesto sobre el CO2. Una madona también ya la tienen. La santa Greta es pasada de mano en mano en procesiones. El culto juvenil de la religión del clima es llamado‹Fridays for Future› (Viernes para futuro) y sus predicadores amenazan con el infierno del clima.” Y eso que “ninguna persona en sus cabales”, escribe Broder nuevamente, “dejaría sacarse la apéndice por una chica de dieciséis años, a quien los padres para navidad le regalaron un libro de anatomía. Ninguna persona que quiera construir una casa para sí misma y su familia contrataría a un arquitecto de dieciséis años, que hasta ahora solo ha construido castillos de arena. Y nadie que pueda diferenciar un fondo de protección de un contrato de ahorro vivienda, le confiaría sus bienes a una persona de dieciséis años. Pero cuando se trata del clima y del mundo en que vivimos, los niños ruidosos repentinamente mutan y llegan a ser profetas populares de una ruina inminente.”