
Muchas preguntas sin resolver
Respetamos y amamos a todos nuestros hermanos, aún en la discrepancia
Hemos comenzado un nuevo año con muchas preguntas sin resolver, aunque una cosa es cierta: Dios nos guiará conforme a su voluntad y su plan. Ya nos ha indicado la dirección, y la meta está determinada.
Cuando Dios llamó a Abraham, este salió de su tierra “sin saber a dónde iba” (Heb. 11:8). Quiso dar un paso de fe, convencido de que el Todopoderoso haría que todo salieran bien, por lo que decidió asumir ese alto riesgo. Abraham tuvo altibajos en su vida: sus fracasos lo desalentaban por momentos, pero el Señor siempre permaneció fiel a Su promesa. Vemos así, en la historia de la humanidad, las consecuencias de este acto de fe: de él salió el pueblo de Israel y con este los profetas y las Sagradas Escrituras. Sin embargo, lo más grande que nos llegó a través de Abraham y su descendencia fue Jesús, el Salvador del mundo. El primer patriarca se convirtió también en el padre espiritual de los creyentes de todas las naciones, incluyendo a los gentiles que pusieron su fe en Jesucristo.
Si queremos como cristianos hacer algo por este mundo, entonces debemos avanzar con fe, sin dejarnos frenar por nada, centrándonos únicamente en nuestra verdadera misión.
La cuestión de si obedecer o no a nuestros Gobiernos en tiempos de pandemia ha despertado contiendas y discusiones entre el pueblo cristiano, causando incluso división. El autor cristiano Thomas Lange escribió: “El coronavirus tiene el potencial de cautivar todo nuestro pensamiento”. La posición de Llamada de Medianoche es la de distanciarnos de toda contienda, además de respetar y amar a todos los hermanos en la fe, incluso en la discrepancia.
Las mascarillas que tenemos que usar, si bien cubren nuestras caras, no deben esconder nuestra confesión de fe, sino que por el contrario, hacer que nos unamos más, que oremos en la unidad de Cristo en cada una de nuestras iglesias y que abramos en conjunto nuestras bocas para testificar de Jesús. Hay esperanza, también en las crisis. Cada nuevo amanecer es anuncio de que la oscuridad ha perdido. Recuerdo el dicho de un amigo: “Al final todo estará bien; si no lo está, todavía no es el final”.
Cada una de las reuniones que Llamada lleva a cabo en distintos lugares expresa esta confesión de fe. Oramos para que podamos realizar las tres giras internacionales planificadas para este año. En estos primeros meses esperábamos gozosos la llegada de Esteban Beitze, nuestro misionero en Argentina, quien tenía una gira por Alemania y Suiza. A causa de la crisis sanitaria no pudo venir, siendo reemplazado por un colaborador de nuestra misión, aquí en Suiza.
También tenemos la incertidumbre acerca de si será posible llevar a cabo los viajes a Israel agendados para este año.
Quisiera agradecer a todos nuestros amigos que se han comprometido con nuestra misión. Sabemos que podemos contar con sus oraciones y su apoyo. Esto nos alienta mucho y hace que una y otra vez nos asombremos de la bondad de nuestro Señor. Él, quien en su momento guió a Abraham, también guiará hoy a los suyos.