“Lo veremos tal como Él es.”

Norbert Lieth

Un diálogo con Norbert Lieth sobre la correcta comprensión y la declaración central del Apocalipsis, preguntas de conocimiento y la profecía bíblica en la vida personal de los creyentes.

El último libro de la Biblia se completa la historia de la salvación. Pero, ¿por qué justamente sobre el Apocalipsis hay tantas interpretaciones tan diversas?
He escuchado que ya tan solo del lado fiel a la Biblia existirían hasta cien interpretaciones diferentes sobre partes del Apocalipsis. Para mí mismo he encontrado diversas respuestas:

Primero, existen cosas en el Apocalipsis que son muy claras. En cuanto a estas cosas, tenemos la responsabilidad de aferrarnos a ellas en unidad. El Apocalipsis menciona, por ejemplo, seis veces que el reino de mil años dura mil años. En eso no hay duda para mí. Deberíamos tomarlo tal como está escrito. Lo mismo en cuanto a los 1 260 días o 42 meses de la tribulación. Pero también hay cosas que la Biblia deja abiertas y donde no da respuesta concreta alguna de lo eso significa exactamente. Aquí solamente se puede interpretar y por eso puede haber diferentes puntos de vista. Quisiera mencionar, por ejemplo: la ramera y Babilonia en Apocalipsis 17 y 18. Algunos interpretan que es Roma y la iglesia católico-romana, otros el ecumenismo, algunos reconocen en esto el sistema económico, o la Unión Europea y Bruselas, otros literalmente Babilonia, y aún otros ven ahí a Jerusalén. La Biblia misma no da ninguna respuesta concreta. Por eso puedo tener mi opinión propia desde el contexto general de la Biblia y la puedo defender, pero tampoco debería condenar la opinión del otro, sino respetarla.

Segundo, una interpretación a menudo depende del trasfondo espiritual del intérprete, de su educación teológica y de la perspectiva en que fue enseñado, de la caracterización de su iglesia, de las circunstancias familiares, del estado de conocimiento actual, etc.

Tercero, la Biblia dice en Colosenses 2:3, que en Jesucristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Todavía hay muchos tesoros de conocimiento que podemos excavar y donde aún hay más y más para conocer. Nadie debería pensar que ya conoce el tesoro completo.

Cuarto, después de todo, Dios podría haber explicado cada detalle en las Sagradas Escrituras de tal modo, que todos sabrían exactamente de qué se trata y que no quedarían preguntas abiertas. Muy claras son, por ejemplo, las verdades sobre Cristo como único camino de salvación, Su nacimiento virginal, Su muerte y Su resurrección, la inspiración de la Biblia por el Espíritu Santo y unas cuantas cosas más. Pero otras cosas no son formuladas tan concretamente; eso nos mantiene humildes, nos alienta a seguir estudiando, nos empuja a la oración y a velar, porque si supiéramos todo con exactitud y sin espacio, pronto descansaríamos y lo relegaríamos.

Quinto, Dios no ha puesto la interpretación de la Biblia en manos de un solo individuo o al servicio de una persona, sino que la ha dado a la Iglesia. La interpretación pertenece en el espacio de la totalidad de la iglesia.

Sexto, hay algo que es más grande y más importante que las preguntas de conocimiento, el amor (cp. Ef 3:19). Si solamente prevalece la obstinación, la actitud de superioridad, el sermonearle al prójimo por no compartir de mi opinión, lo estamos haciendo mal de principio. No necesito aceptar la opinión del otro, pero la puedo hacer valer en amor, y más, cuando no se trata de una doctrina falsa flagrante.

¿Cuál fue tu momento de revelación en la interpretación del Apocalipsis?
Parte de eso, para mí fue el darme cuenta, que en ella se cumplen las profecías del Antiguo Testamento y de los Evangelios que todavía faltan; además, que principalmente se trata de Israel y de su restauración, como también del reino mesiánico que no se impuso en la primera venida de Jesucristo. Y también veo en el Apocalipsis a un Dios que no deja de lado Sus declaraciones, sino que con todo llega a la meta. Dios es fiel, Jesucristo reinará como rey, el mundo estará sometido a Él.

El círculo de la historia de la salvación comienza con un jardín y termina con una ciudad. ¿Será que esto tiene un significado especial?
El significado de la nueva Jerusalén que baja del cielo, es aquel que Dios mismo desea tomar residencia entre los humanos (Ap 21:3, 22-23; 22:1,3,5). Aquí se cierra el círculo. En aquel tiempo en el Edén, Dios tenía comunión muy estrecha con los primeros dos seres humanos; esa fue destruida por el pecado. Al final se cierra el círculo y todo es restaurado, mejor aún que en el comienzo. Donde haya un Dios que entonces gobierne sobre todos los humanos en la nueva tierra, allí también se necesitará de una central de gobierno. Esta será la nueva Jerusalén.

¿Qué es lo esencial y central del Apocalipsis en lo que todos los intérpretes podrían y deberían estar de acuerdo?
En que ella es palabra divina, la revelación de Jesucristo y que debe ser tomada literalmente, y que se trata de la segunda venida de Jesús y de establecer Su reino eterno, que existe más allá de los mil años.

¿Qué significa el “hasta pronto” del Apocalipsis para nuestra vida ahora?
Una esperanza viva a la que deberíamos estar continuamente dirigidos. Lo veremos como Él es y seremos iguales a Él. Significa que nuestro mundo hoy y nuestra vida ahora no son nuestra patria, sino que lo es la gloria eterna con el Señor. A toda persona le gusta llegar a casa, y cuando está lejos, piensa en el reencuentro y se prepara para eso. Eso también lo podemos hacer con respecto a la eternidad y a nuestro derecho de ciudadano en el cielo.

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