Las mentiras de la pandemia y el problema del totalitarismo

Se ha confirmado que el coronavirus tiene similitudes inconfundibles con los virus manipulados y conservados en los laboratorios chinos. Lleno de frustración, el periodista científico Matt Ridley escribe acerca de esto en un artículo de The Telegraph. Las autoridades y científicos responsables de Occidente lo sabían; sin embargo, mintieron de manera deliberada a toda la población, con el fin de mantener, como dijo alguien, la “armonía internacional”. En su blog, el periodista Rod Dreher habla sobre las consecuencias de este hecho: “Permítanme señalar, sin embargo, que estas mentiras difundidas por nuestros principales científicos y funcionarios de la salud pública sobre el COVID-19 pueden traer enormes repercusiones. ¿Quién querrá confiar en la ciencia? Me refiero a la pérdida generalizada de confianza en las jerarquías y las instituciones de autoridad a medida que una sociedad avanza hacia el totalitarismo”. Hannah Arendt observó que, en los períodos anteriores a los regímenes totalitarios de Alemania y Rusia, la confianza en las autoridades y las instituciones se había derrumbado, desarrollándose una “nueva y espantosa solidaridad negativa entre las masas”. En otras palabras, las grandes masas se volvieron receptivas a los dictadores (como Lenin o Hitler) cuando no vieron ninguna razón para confiar en las autoridades de su época.