La tentativa de palestinos de romper la valla de seguridad entre Gaza e Israel

Fredi Winkler

La tentativa de parte de jóvenes palestinos de romper la valla de seguridad entre la Franja de Gaza e Israel, fue instigada por Hamás, con el fin de volver a dirigir la atención internacional al problema palestino, que había quedado al margen por los problemas mucho mayores en Siria y la cuestión de Irán.

70 años después de fallar el plan palestino-árabe para aniquilar a través de una guerra al recién nacido Estado judío, se busca otro camino para terminar con él: exigiendo una y otra vez el derecho de regreso de los palestinos a su patria perdida, para lograr la mayoría demográfica en Israel.

Los palestinos, especialmente el movimiento Hamás, intentan aprovechar la corta memoria del mundo para hacerle creer que, injustamente y sin culpa propia, han sido echados de su patria. Hasta tienen bastante éxito con su versión en la cual la gente en general ya no sabe cómo se llegó a esta “catástrofe” (como los palestinos llaman aquel acontecimiento). Por eso, es urgentemente necesario aclarar los hechos.

El plan de división de Palestina fue una resolución de la Liga de las Naciones. Los judíos aceptaron el plan, pero los árabes lo rechazaron desde el principio.

El día siguiente a la fundación del Estado judío, los palestinos, juntamente con seis pueblos árabes vecinos, le declararon la guerra convencidos de que en un plazo máximo de dos semanas habrían terminado con el “espectro” de un Estado judío.

Pero contrariamente a todos los pronósticos, los judíos no solamente ganaron la guerra sino que incluso ensancharon sus fronteras. Imaginémonos ahora por un momento que hubieran perdido aquella guerra: ¿hubiera resultado esto en la creación de un Estado palestino? Podemos decir con certeza que no, porque cada uno de los Estados vecinos involucrados en la guerra quería hacerse con el mayor pedazo posible del codiciado territorio. Muy probablemente, después de una victoria de los árabes, la disputa por la mayor parte habría desencadenado una nueva guerra entre los mismos poderes árabes.

Después de la guerra, en 1949, los palestinos podrían haber fundado su propio Estado en los territorios que les quedaban, pero los que vivían en Cisjordania prefirieron unirse a Jordania, y los de la Franja de Gaza se juntaron con Egipto, porque no estaban en condiciones de dirigir un Estado independiente.

El hecho de que a continuación la resistencia palestina no se dirigiera ni contra Jordania ni contra Egipto sino en primer lugar contra Israel, muestra que nunca aceptaron la pérdida del territorio y emprendieron todo lo posible para revertir la “catástrofe” de 1948.

A pesar de entender la trágica situación de los palestinos, consideramos necesario que aprendan a encarar los hechos. También es hora de que la ONU comience a hablar francamente con los líderes palestinos y les diga: ustedes rechazaron toda solución de compromiso, ustedes comenzaron la guerra, ustedes la perdieron y ustedes cargan con las consecuencias de su actuar.

Podemos hacer una comparación histórica con Alemania. ¿Puede Alemania pedir hoy que se le devuelvan todos los territorios perdidos en la Segunda Guerra Mundial en el este de Europa, como si no hubiera pasado nada? Ciertamente no. Aquellos acontecimientos ya no se pueden revertir y Alemania tuvo que pagar un alto precio por ellos. Algo parecido pasó con los palestinos. No estaban dispuestos a conceder a los judíos ningún derecho a ninguna parte de Palestina. La colaboración de su líder de aquel entonces, el muftí Ajj Amin El-Husseini, con Hitler muestra claramente cuáles fueron las verdaderas intenciones del liderazgo palestino. Ya es tiempo de que el mundo y el gobierno palestino se enfrenten a la realidad.

El hecho de que el Estado de Israel se haya formado a pesar de todas estas adversidades nos muestra que alguien más alto está en el gobierno y lleva a cabo Su voluntad.

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