¿Habrá sacrificios de animales en el reino de mil años?

Llamada

Permitimos que diferentes cristianos fieles a la Biblia se pronuncien sobre diversos asuntos que en parte son controvertidos. “Como hierro con hierro se aguza, así un hermano aguzará a otro” (Prov. 27:17), para que los creyentes unidos “crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Ef. 4:15).

¿Habrá sacrificios de animales en el reino de mil años?

No, porque se volverá a construir un templo.

El libro de Ezequiel del capítulo 40 hasta el 48 habla de un futuro templo apocalíptico con indicaciones geográficas muy exactas que se refieren a la tierra de Israel. Por eso es que ese templo solo podrá encontrarse en esta tierra (cp. la mención del Mar Mediterráneo y del Mar Muerto; Ez. 47:1,8; Zac. 14:8). En ninguno de los pasajes habla de una parábola o de un significado simbólico.

El distrito santo que rodeará al templo tendrá según Ezequiel 45:1 una extensión rectangular de 78.75 km. por 31.5 km. El distrito del templo mismo, dentro de este rectángulo santo, tendrá 1.5 por 1.5 km. (Ez. 42:15-20). De modo que este templo es descrito con indicaciones exactas de medidas, y no corresponde ni al Templo de Salomón, ni al Segundo Templo o al templo ampliado por Herodes el Grande. Este distrito del templo no tiene lugar en el actual Monte del Templo. Pero debemos tener en cuenta que juntamente con la segunda venida de Cristo y la salvación de Israel que va de la mano de esa venida, habrá enormes cambios topográficos (Is. 2:2; 40:4-5; Ez. 40:2; Zac. 14:4-7; Ap. 6:12-17; etc).

En este templo, también se volverán a hacer sacrificios. Tanto el templo como el servicio sacerdotal son explicados en detalle, por lo que ninguna espiritualización tiene sentido. No se trata aquí de sacrificios mosaicos, ya que con la crucifixión del Señor Jesús todo servicio sacrificial se volvió innecesario. En el reino de mil años, ya no habrá derramamiento de sangre (Is. 2:4; 11:6-9; 65:25), y por eso la gente ya no sabrá lo que realmente significa un sacrificio sangriento. De esta forma será necesario que se hagan sacrificios animales como recordatorio, un acto para la memoria similar a la Santa Cena que debe ser celebrada hasta que el Señor venga otra vez (1 Co. 11:26). Al mismo tiempo, el templo será casa de oración para todas las naciones (Is. 2:1-4; Mi. 4:1-5).

La gloria de Dios regresará a este templo, el cual ya no tendrá un arca del pacto. Una consecuencia de la morada de Dios entre Su pueblo, también es la fuente que surgirá de este templo y fluirá hacia el Valle Sitim. Según Ezequiel 47 fluirá hasta el Mar Muerto y sanará completamente estas aguas muertas. Como todo lo que la Biblia dice con respecto a la primera venida del Señor Jesús se ha cumplido literalmente, no hay razón alguna para dudar de que lo mismo suceda en Su segunda venida.

Johannes Pflaum

, porque ya no se construirá un templo.

El dominio visible de mil años de Jesucristo sobre esta tierra juntamente con los cristianos resucitados, es mencionado en la Biblia solamente en Apocalipsis 20, versículos 2, 4 y 5. Aún el término “reino de mil años” no puede ser hallado en este contexto. Por eso, todas las consideraciones de cómo será este reino deben ser tomadas con mucha precaución.

Diversos intérpretes de la Biblia relacionan una serie de pasajes bíblicos del Antiguo Testamento con el reino de mil años, como por ejemplo Isaías 11:6-9.

Es difícil afirmar con seguridad si este pasaje realmente se refiere al reino de mil años o si la promesa más bien se hace realidad en un nuevo cielo y una nueva tierra, (cp. Is. 65:17; 66:22; Ap. 21:1ss). Pero si Isaías 11:6-9 tiene algo que ver con el reino de mil años, llama la atención que aun los animales carnívoros se volverán “vegetarianos”; ellos ya no comerán otros animales. Por lo tanto, la idea de que todavía se sacrifique animales en un templo, y que esos sacrificios en algunos casos sean comidos por los humanos, de alguna manera parece poco coherente (cp. por ej. Lv. 7:28ss como Ez. 45:15-17).

Mucho más importante, sin embargo, es la pregunta de si en el reino de mil años siquiera habrá un templo. En Juan 2:20-21 Jesucristo predice la destrucción del templo terrenal, pero no su reconstrucción (cp. Mc. 13:1-2). Contrariamente, Él utiliza la idea de la reconstrucción como imagen de Su propia resurrección. También Pablo habla del templo de Dios como imagen para la Iglesia o incluso para cada creyente individual: “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente” (2 Co. 6:16; cp. 1 Co. 3:16-17; Ef. 2:21; Ap. 3:12; 21:22). La Carta a los Hebreos explica a través de muchos capítulos que la ley mosaica y el templo eran solamente una sombra de una realidad que llegó más tarde: Jesucristo (He. 10:1-4; cp. Col. 2:17; Mt. 12:6). Ya que hoy conocemos al original, y a través de Su sacrificio vivo todo está reconciliado (2 Co. 5:9), ¿por qué querría Dios que el viejo templo y el viejo culto volvieran a ser restaurados?

Por esta razón, no puedo deducir de las Escrituras que habrá un templo con sacrificios en el reino de mil años (cp. He. 9:9-15). No quiero excluir la posibilidad de que Dios me sorprenda, pero no veo verdadera evidencia.

Ulrich Neuenhausen

 

ContáctenosQuienes somosPrivacidad y seguridad