
"¿Estaríamos listos si Él viniera hoy?"
Pedro insiste en advertirnos lo siguiente: “[…] para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 P. 3:2-7).
La temática del retorno de nuestro Señor es de una importancia prominente. De todas formas, ¡parece que justo nosotros, los cristianos, nos hemos olvidado de esto! Tengo la impresión de que la actual Iglesia de Jesús se asemeja a las cinco vírgenes insensatas, las cuales no estaban listas para el encuentro con su Señor (Mateo 25:1-13). Permíteme preguntarte: ¿estás listo si viene hoy?
Es posible que nos cansemos de esperar el retorno de Jesús. Las burlas de los demás tal vez nos desmoralicen. La oposición, incluso de parte de los hermanos en la fe, puede llegar a afectarnos. A pesar de esto, sigue ardiendo en nuestros corazones la esperanza de Su regreso: Jesús viene otra vez, ¿será hoy?
En los días de Noé, antes del Diluvio Universal, los hombres habían recibido la señal del arca, una obra que había llevado al patriarca unos 120 años. Hoy día, se nos presenta delante de nuestros ojos una señal clara y nítida: Israel. Nuestros padres espirituales comprendieron esta señal. En 1882 se llevó a cabo la primera gran repatriación de judíos a su tierra y en 1948 se fundó finalmente el Estado de Israel. En aquel entonces, los cristianos en todo el mundo decían: “La Palabra de Dios se está cumpliendo. El tiempo de las naciones se acerca a su fin. Pronto será quitada la ceguera de Israel”. Toda la cristiandad fue envuelta por una gran expectación: “¡Jesús viene otra vez! El arrebatamiento ocurrirá en cualquier momento. ¡Si el viene hoy, debemos estar listos!”.
¿Pero que sucede en la actualidad? No puedo dejar de sospechar que en la Iglesia de hoy está pasando exactamente lo que Pedro anunciaba en aquel entonces. Esta es la gran tragedia de nuestra época. Permítanme reproducir el texto escrito por Pedro con un pequeño cambio: “Los cristianos dirán: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”.
¿Cómo puedo fundamentar ese cambio? El mundo nunca se interesó por Jesús y mucho menos por su retorno. Dios y su Reino no son importantes para las personas del mundo. Por lo tanto, son los cristianos los que dirán: “¿Qué hay de su retorno? ¡Él no vendrá todavía!”.
¿Acaso no predicaban nuestros padres espirituales: “Jesús viene otra vez”. “El arrebatamiento ocurrirá en cualquier momento”. “¡Prepárate, tal vez venga hoy!”? Muchos creyentes están cansados, quizá decepcionados o desalentados por la larga espera. Pero Jesús vendrá, justo cuando todos piensen: “Mi señor tarda en venir” (Lc. 12:45).
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche […]. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 P. 3:9-10, 13-14).
¡Maranatha, ven, Señor nuestro!