
“Él veía las dificultades desde la perspectiva de Dios”
¿Quién era Caleb?
Él fue un camarada de Josué, uno de los doce espías que Moisés envió a Canaán.
La Biblia da poca información sobre él, pero esta es muy significativas. ¿Cómo se te ocurrió escribir un libro sobre él?
En mi tiempo devocional me gusta estudiar pasajes bíblicos, o a personas a quienes de otro modo uno no les presta tanta atención. De esta manera a veces pasan meses en que estudio y profundizo cada detalle. Lo que aprendo al hacerlo, lo escribo para mí mismo. Eso a veces se convierte en mensajes para la iglesia, para campamentos o también conferencias.
¿Qué característica de Caleb fue la que más te impresionó?
Sobre todo su confianza total en Dios. A pesar de la gran cantidad de enemigos, de las murallas altas de las ciudades a ser conquistadas, de los gigantes, y luego incluso de la falta de fe y de los intentos de linchamiento de su propio pueblo, él se apoyó en las promesas de Dios. Él veía las dificultades desde la perspectiva de Dios, y las enfrentó con el poder del Señor.
¿Por qué es importante para la iglesia del Señor Jesús, y qué ganancia espiritual podemos sacar del estudio de la vida de Caleb?
De la misma manera como Israel en aquel entonces, también nosotros estamos constantemente en lucha (cp. Ef 6). Se trata de conquistar área enemiga, llevar a una vida victoriosa a aquellos cristianos que viven en el “desierto del mundo o de la carne”, y hacer la gran cantidad de obras para las que fuimos creados (Ef 2:10). Un cristiano encuentra una vida verdaderamente plena solamente si está en el lugar y hace aquello que Dios ha preparado para él. Quien puede aceptar eso, también puede animar a otros a dar ese paso.
¿Habrá un área, o algún tema, en que Caleb te habló y te desafío a ti en lo personal?
Sí, en realidad en todo lo que escribí. Vez tras vez la palabra y el ejemplo de Caleb me han desafiado de nuevo o me han animado. Hubo tareas difíciles, e incluso ataques de personas que pude enfrentar o soportar confiando en el Señor. La única pregunta siempre era: ¿estoy donde el Señor quiere que yo esté? Entonces Él también estará conmigo, a pesar de los “gigantes” que quieran levantarse. A veces estos gigantes también se encuentran en la naturaleza de uno mismo. También ahí pude tener victorias maravillosas con el Señor.
Muchos creyentes confunden la victoria espiritual con la perfección carnal. ¿Puedes darnos una idea de cómo podemos diferenciar esto en la vida diaria, y cómo podemos proceder con la actitud correcta?
El perfeccionista carnal nunca está conforme consigo mismo y siempre tiene algo que criticar en los demás, hiriendo así a muchos en su entorno. En lo que hace mayormente busca su propio honor, o la realización personal. Pero un cristiano que está impresionado de la obra de Dios y que por Él ha sido llamado a servirle, tratará de hacer lo mejor que pueda bajo la dirección del Señor y con Su poder y sabiduría. Cuando ve algo que no está bien, no gasta el tiempo en criticar, sino que está dispuesto a aplicarse con gozo y humildad. No es una obligación, sino un servicio alegre. La diferencia también se hace visible en el fruto que traen las diversas maneras de actuar.
¿Qué les deseas a los creyentes cuando lean tu libro y reflexionen sobre Caleb?
Mi oración es que se dejen animar a ocupar el lugar y a hacer las obras que Dios ha preparado para cada cual. A menudo uno se queda en el “desierto” por falta de fe o por humildad falsa. Haciendo eso, uno mismo se agota, se frustra y nunca encuentra la vida victoriosa que Dios tiene preparada para uno. Justamente al estar dispuestos a ir a la batalla en la confianza al Señor, somos muy bendecidos. El Señor es honrado y Su obra es impulsada. Se necesitan más “Calebs” que estimulen a otros a entregarse por completo al Señor. ¡El Señor viene pronto, y todavía hay mucha tierra que conquistar! Solo debemos estar dispuestos a preguntar: “Señor, ¿qué quieres Tú que yo haga?”. Y luego debemos conquistar la tierra que Él nos asignó. Que el Señor pueda utilizar este libro de gran manera para Su honor.