
El retorno de la denuncia política
De 1974 a 1982, la escritora y periodista Anetta Kahane fue “colaboradora no oficial de la seguridad del Estado” en la RDA, escribe el publicista y teólogo Ron Kubsch. En la Fundación Amadeu Antonio, que ella misma fundó, parece que ha vuelto ahora a sus raíces, y ha creado un centro de información “antifeminista”, patrocinado por los Verdes. Beatrice Achterberg escribe en un comentario para el NZZ: “El centro de denuncias Antifeminismo es el primer portal de ámbito nacional en el que se pueden denunciar de forma anónima palabras, actos, organizaciones y personas ‘sexistas, misóginas y queerfóbicas’”. El Ministerio de la Familia Verde, dirigido por Lisa Paus, financia este muro protector feminista con 133.000 euros. En 2020, el presupuesto de la Fundación Amadeu Antonio fue de 5.8 millones de euros. Parte del dinero procede del Estado y, por tanto, de los ciudadanos que, en el caso del centro denunciante, financian su propio descrédito a través del dinero de los impuestos”. Y remarca: “Es fácil imaginar que un político conservador que se pronuncie en contra de la regulación lingüística y a favor de la familia como núcleo de la sociedad en un acto de campaña electoral será denunciado miles de veces como antifeminista. Así que es muy fácil desprestigiar al adversario político y remitirse a la sentencia de la fundación cuando sea necesario”. Kubsch concluye acertadamente: “Así que aquí hay que amordazar a los críticos de, por ejemplo, el movimiento transexual o la ideología de género. Todo ello, por supuesto, bajo el manto de una cultura abierta y diversa”.