El mundo al revés de Canadá

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En marzo de 2020, los guardias de seguridad de un hospital de Toronto mataron a una mujer por no usar una máscara mientras sufría dificultades para respirar, informa David Strom para la revista en línea conservadora Hot Air. Los guardias fueron acusados de homicidio involuntario y negligencia criminal, pero ahora el juez sorprendentemente ha desestimado el caso, y ello a pesar de que uno de los guardias desvió deliberadamente la cámara de seguridad del lugar del crimen mientras se abalanzaba sobre la mujer, y otro más tarde mintió a la policía. Los testigos dicen que los guardias “la arrojaron al suelo y la sostuvieron allí de la misma manera que sujetaron a George Floyd (rodillas en la espalda con su propio peso corporal)—excepto que ella no había tomado metanfetamina o fentanilo. Era una mujer de 125 libras (56,6kg) con dificultades para respirar", escribe Strom. Poco después, la mujer sucumbió a las heridas que le infligieron. Los guardias fueron acusados, pero el juez de­sestimó el caso, a pesar de las imágenes que mostraban el ataque y a pesar de que un forense concluyó que ella había muerto como resultado de la brutalidad de los guardias, solo porque se quitó la máscara por falta de aliento y buscó ayuda en el hospital. Y aunque el juez Sean Dunphy reconoció que la evidencia sugería que ella pudo haber muerto como resultado del asalto, desestimó la demanda. ¿Por qué? Refiriéndose al razonamiento del juez, David Strom escribe: “Porque la histeria del COVID ha creado un entorno en el que tales acciones son comprensibles”. Y se pregunta con horror qué está pasando con Canadá.

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