
El culto a la muerte de Canadá
En 2016, Canadá legalizó la eutanasia y un tribunal consideró que no existía un peligro real para los más vulnerables de la sociedad gracias a las protecciones legales. Pero ahora, Valerie Hudson informó para Deseret News de varios casos en los que el Estado ha aprobado la eutanasia para personas como Amir Farsoud o Cheryl Romaire, que no veían perspectivas de futuro ya sea por falta de ayuda en la situación de pobreza o por negarse a recibir cuidados paliativos. Los afectados también hablaron de las sutiles presiones que se ejercían en los hospitales, por ejemplo, llamando “egoístas” a las madres que no querían solicitar la eutanasia para sus hijos discapacitados o retrasando los gastos en que incurrían las personas necesitadas de cuidados. En algunos lugares de Canadá, los médicos que se oponen a esto corren el riesgo de ser objeto de medidas disciplinarias, escribe Hudson. Un médico observó con horror: “Lo que antes era algo malo, causar la muerte, se ha convertido en una virtud con demasiada rapidez”. Más del 3 % de las muertes en Canadá en 2021 podrían atribuirse a la eutanasia. Se anima a los médicos a declarar como causa de la muerte no su intervención, sino el sufrimiento del paciente que condujo a la eutanasia. A partir de la primavera de 2023, las enfermedades mentales también darán derecho a la muerte asistida.