
El Anticristo y la iglesia
Los antiguos patriarcas de la fe que vivieron después de los apóstoles, opinaban que la Iglesia viviría la persecución apocalíptica causada por el Anticristo (ver por ejemplo, Ireneo de Lyon). Esta interpretación la adoptaron más tarde también los reformadores. En el siglo VII en Oriente, en el entorno del llamado Pseudo-Efrén surgió la interpretación de que Dios escondería en el desierto a un remanente de la Iglesia para que no los encuentre el Anticristo. Algunos exégetas modernos han confundido este “arrebatamiento horizontal” al desierto, con la doctrina del arrebatamiento al cielo anterior a la tribulación. Pero recién con el profesor de Biblia John Nelson Darby († 1882), la atención se centró en la interpretación de que la Iglesia sería arrebatada antes de la aparición del Anticristo. Este enfoque fue aceptado sobre todo entre las iglesias libres. También la Obra Misionera Llamada de Medianoche cree que este descubrimiento en las Sagradas Escrituras es legítimo, y que contribuye al crecimiento en el conocimiento y la madurez del cuerpo de Cristo (Ef. 4:12-16). La historia muestra, sin embargo, que hombres fieles a Dios pueden tener diferentes posiciones en la comprensión de Anticristo e iglesia. Lo que es innegociable es la verdad bíblica de que un Anticristo vendrá, que la Iglesia debe estar alerta, y que ella espera a su Señor y Redentor, sin importar qué suceda primero.