Dio todo por la Palabra de Dios

Michael Kotsch

Cuatro personas que contribuyeron a la propagación de la Biblia.

1. Wulfila

En Estambul en el 383 d.C., fue sepultado un teólogo importante para los antiguos germanos. En aquel entonces, la ciudad no obstante se llamaba Constantinopla. Wulfila, es decir “pequeño lobo”, es como lo habían llamado sus padres cuando nació en el año 311. Su padre, quien había crecido en un entorno cristiano, siendo niño había sido secuestrado por godos guerreros. Para el pequeño Wulfila, la fe siempre había sido importante, de tal manera que ya como adolescente comenzó a predicar públicamente.

En su campaña a favor de la fe cristiana, Wulfila, sin embargo, se encontró con diversos problemas. Por un lado, muchos de los godos, amantes de la violencia, no consideraban que la fe pacífica de los cristianos fuera especialmente interesante. Además consideraban esta nueva religión como cosa de sus enemigos romanos. Pero Wulfila no estaba dispuesto a rendirse. En un logro pionero sorprendente, de­sarrolló un alfabeto gótico totalmente nuevo de una mezcla de letras griegas y latinas.

Mucho antes de Lutero, Wulfila fue el primero en traducir la Biblia al alemán original. Aun después de 1 600 años, se puede reconocer un cierto parecido entre el antiguo gótico y el alemán actual. El Padre Nuestro, por ejemplo, en esa traducción comenzaba con las siguientes palabras: “Atta unsar pu ïn himinam...”. La Biblia de Wulfila también llegó a jugar un rol bastante importante en la subsiguiente evangelización entre otras tribus germanas en los siglos siguientes.

2. Eusebio Hierónimo

En imágenes, a Hierónimo casi siempre se le ve con un león acostado a sus pies y bastante relajado. Mientras que Hierónimo vivía en Belén, se dice que él quitó una espina dolorosa de la pata de dicho animal, razón por la cual el león decidió quedarse con su benefactor.

Pero Hierónimo no llegó a ser conocido como domador de leones, sino como traductor realmente genial de la Biblia. De él es la Vulgata en latín, que fue la Biblia más usada en Europa durante toda la Edad Media. Hasta el día de hoy en la iglesia católica es considerada como traducción estándar.

Financiado por sus padres acaudalados, Hierónimo (347-420) completó sus estudios en Roma, el centro del mundo de aquellos tiempos. Después de experiencias propias como monje asceta y diversas intrigas políticas, se fue a Belén con amigos. Allí Hierónimo tradujo no solamente la Biblia al latín, sino que además escribió dos libros de consulta importantes, los que por siglos sirvieron a los intérpretes de la Biblia en Europa: una obra sobre la geografía de Israel, y un tratado sobre nombres propios bíblicos. Contrario a Orígenes, que en ese tiempo era bastante popular y que interpretaba la Biblia de manera muy libre y especulativa, Hierónimo promovía una exégesis basada en hechos históricos y lingüísticos.

3. John Wycliff

Si ya está decidido que uno sea quemado, entonces es mejor  que sea después de la muerte propia. –En la Edad Media en parte había castigos drásticos para comportamiento y formas de pensar discrepantes. Esto también fue el caso del pastor inglés John Wycliff (1330-1384).  

Muchas de sus convicciones son consideradas como plenamente justificadas a partir de la Reforma. Wycliff, por ejemplo, negaba que el Papa fuera el poder político más alto en el mundo. Él exigía que los colaboradores eclesiásticos no debieran vivir en la abundancia como algunos obispos y papas de su tiempo, sino que vivieran humildemente como los discípulos de Jesús. Tampoco le agradaba el culto a las reliquias, el celibato de los sacerdotes y la doctrina católica de la transubstanciación.

Pero lo que más le molestó a la iglesia de aquel tiempo fue su traducción de la Biblia al inglés (1383). Esto les dificultaba mucho más a los sacerdotes defender su monopolio de interpretación teológica. Repentinamente, todo inglés alfabetizado era capaz de comprobar si las doctrinas de la iglesia coincidían con la Biblia o no. Contrario a las normas eclesiásticas, Wycliff luego también entrenó a numerosos predicadores laicos que propagaban la Biblia en todo el territorio nacional. Después de su muerte, el Concilio de Constanza condenó a Wycliff como enemigo de la iglesia. A causa de esto, sus huesos fueron desenterrados y quemados, como castigo por criticar a la iglesia basándose en la Biblia (1415).

4. Martín Lutero

A nadie se le conecta tan fuertemente con la traducción de la Biblia al alemán como al reformador diligente Martín Lutero de Wittenberg (1483-1546) –y eso con toda razón. En definitiva, la Biblia era el fundamento de toda la vida de Lutero. Durante la lectura de la carta a los romanos, él conoció la gracia de Dios y llegó a creer en Jesucristo. La Biblia también fue el manual de sus largos años de trabajo como profesor de teología.

Después de que Lutero fuera condenado a muerte en la Dieta de Worms, él hizo planes de traducir por lo menos el Nuevo Testamento al alemán. Con esto quería que la mayor parte posible de personas pudieran informarse auténticamente sobre temas teológicos. Pero como el reformador vivió más de lo esperado, finalmente pudo traducir la Biblia entera. Ninguna traducción de la Biblia al alemán desde entonces ha sido impresa y leída con tanta frecuencia como la de Lutero. Como por si acaso, con la edición de su Biblia, acuñó el alemán culto –un requisito importante para poesía, filosofía y la Alemania como es hoy en día.

A distinción de la iglesia católica, el reformador enfatizaba su sola scriptura. Solamente la Escritura (Biblia) en el futuro debía ser el criterio para la fe verdadera y los contenidos de la iglesia, no las tradiciones doctrinales católicas de obispos y papas.

Extraído de #Go(o)d News: Die Bibel ist Gottes Wort, (La Biblia es Palabra de Dios), pág. 107-112.

ContáctenosQuienes somosPrivacidad y seguridad