
Cuando las celebridades pierden el contacto con la realidad
Frauke Fentloh escribe en la revista Magazin, que durante la crisis del coronavirus, a las súper estrellas de la industria del entretenimiento les habría gustado presentarse como personas que sufrirían las mismas restricciones que el resto del mundo. Y que eso no fue demasiado bien recibido. La autora francesa de éxitos de venta, Leila Slimani, por ejemplo, llevaba para la revista Le Monde un diario del tiempo del coronavirus sobre su vida en su idílica casa de campo en Normandía. Los franceses no quedaron contentos. “Ostentar su privilegio sería obsceno, escribió el periodista Félix Lemaître. Otros compararon a Slimani con la Reina María Antonieta, que en su tiempo jugaba a la granja en el jardín del palacio.” En Hollywood habría sido la actriz Gwyneth Paltrow quien se habría quejado “del estrés relacionado con el coronavirus”; “en casa actualmente casi no habría privacidad, ya que se viviría en condiciones estrechas”. – Eso lo dice una celebridad con una casa de 743 metros cuadrados. “Muchas estrellas parecen no darse cuenta que su estilo de vida no corresponde a la experiencia promedio. Algunos se sienten transportados a un estado de ánimo apocalíptico y filosóficamente inspirados. Lo lindo-terrible del virus sería, expone Madonna en un video, que este podría tocar a cualquiera. La pandemia funcionaría como el gran equiparador. El mensaje de la cantante de pop fue grabado en un baño de rosas”, escribe Fentloh, y más tarde en su artículo agrega: “No toda estrella de pop tiene que edificar un hospital. Pero un poco de tacto sería lindo.”