Aborto como causa natural de muerte

En theeuropean.de, el Dr. Adam Franke da un testimonio presencial de una “sesión científica” de la “Sociedad de Ginecología y Obstetricia en Berlín”, que tuvo lugar el 20 de marzo, 2019. El tema fue el aborto. Un profesor mayor señaló “después de la primera conferencia, de por favor no marcar la casilla “causa no natural de muerte” en el certificado de defunción, ya que de otro modo uno enseguida podría contar con una visita de la policía. Un aborto, también uno tardío, siempre sería ‘natural’. Señales afirmativas con las cabezas en el público, a pesar de que poco antes se había mostrado la imagen de un niño asesinado de esta manera ‘natural’, que se encontraba en una mesa de quirófano en medio de su propia sangre.” Un médico dijo en otra presentación que la vida humana recién comenzaría “después de la salida del niño del canal de parto”. Ya la “catástrofe total” comenzaría, cuando el niño sobreviviría su propio aborto. Para eso, el conferenciante hizo referencia a un ejemplo real de un niño con síndrome de Down que debía ser abortado, pero había sobrevivido. Él se compadecería de los médicos participantes, pero los “aspectos positivos” en la vida de este niño, que después de todo habría seguido viviendo por 21 años, “no podían ser vistos por ninguno de los expertos reunidos”, escribe el Dr. Franke. “Después de esta presentación, no hubo más discusión, tampoco silencio embarazoso, sino solamente aplausos animados.” El “colmo de la noche” habría sido la entrada en escena de un experto en temas jurídicos, quien argumentó de la siguiente manera, según el Dr. Franke: “Nuestro orden jurídico no otorgaría al niño en el vientre materno ningún derecho fundamental a la vida, tampoco le correspondería ninguna dignidad humana.” Él recibió “fuertes aplausos”. La conclusión del Dr. Franke: “Esa noche me quedará en la memoria por mucho tiempo todavía de manera deprimente. Lo que impresionaba era la indiferencia absoluta y la actitud despiadada frente a niños no nacidos, la justificación de las consecuencias de largo plazo del aborto (sobre todo, de los tardíos) para la mujer y su entorno social, y el limpiarse la conciencia al trasmitir toda la responsabilidad a la mujer afectada, los padres del niño, la sociedad o la jurisprudencia.”